Revista Arte

MACRO: Colección

Por Camilayelarte @camilayelarte
MACRO: Colección
Yo hice el Erasmus en Roma, por aquel entonces estaba absorta con el tema del Grand Tour y el estudio de la formación cultural a través del viaje. La confrontación entre la cultura inglesa del XVIII y la sensualidad de la Italia del settecento me parecían el sumum, era una ignorante total del arte contemporáneo y por eso me perdí algunas cosas de las que ofrecía Roma, entre ellas el MACRO, el Museo de Arte Contemporáneo.

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Vista de la nueva ala del Museo. Arquitectura de Odile Decq. Foto: Camilayelarte


Desde hace dos años el MACRO ha sido renovado con un proyecto arquitectónico (como manda) de Odile Decq y se presenta como punto de referencia de la creación contemporánea en una ciudad donde, para qué negarlo, resulta difícil que la gente la identifique como epicentro del arte contemporáneo. 

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Vista del interior del Museo. Foto: Camilayelarte

Debo decir que me lo pase super bien, y aunque tuve un momento de duda entre si perderme a buscar Caravaggios o bien salir de la Roma histórica en busca de lo contemporáneo, me alegro de que ganara lo último. Así, recomiendo a tod@s los que vayan a la ciudad eterna se atrevan a aventurarse a lo nuevo: vale muchísimo la pena!!

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Vista del Piccolo animismo de Sassolino. Ernesto Neto al fondo. Foto: Camilayelarte

El itinerario del museo comienza con tres instalaciones que ocupan un espacio enorme y que permiten un diálogo muy cómodo con el público, me gusta que los comisarios hayan apostado por obras que precisen de una distancia óptima para su disfrute sensorial. La primera de ellas Piccolo animismo de Arcangelo Sassolino, implica al espectador antes y después de su visión: antes porque los vigilantes de la sala te advierten de que un ruido muy fuerte saldrá de la obra ¿?!! Evidentemente no sales de la sala hasta que sucede, el artista juega de antemano con la espectación de lo que ha de venir, y sí, el ruido es muuuuy fuerte. Es una maquina viva que succiona aire para después tronar como una tempestad. Puro efectismo tal vez pero muy resultón.
 
La segunda instalación implica un nuevo sentido, el del olfato,  While nothing happens del artista brasileño Ernesto Neto,  es una fantástica instalación de pístilos que envuelve al espectador en un juego multisensorial: huele a especies exóticas, canela, cúrcuma, jengibre... estimula el sentido del tacto con unas formas sinuosas y sensuales, un poco como las protuberancias de la Burgeoise, juega totalmente con el espectador que se siente parte de la obra y de la experiencia sensorial. Sí, me gustan obras así, que rompen el muro entre obra y espectador.

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Ernesto Neto, While nothing happens, Foto: Camilayelarte

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While nothing happens, detalle. Foto: Camilayelarte

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Pistilo central de While nothing happens. Foto: Camilayelarte


Y por último, una instalación realizada expresamente para el MACRO por Dan Perjovschi, The crisis is (not) over, este artista de Rumania utliza el dibujo para penetrar en la realidad social y cultural. Con mucho humor y un poco de melancolía, representa las incongruencias del sistema, ya sea político, económico o incluso artístico. No hay tema candente que escape a su lucidez de análisis. Esta obra nos habla de la situación italiana, el artista pues ha bebido durante los meses previos de la vida política del país para crear su particular visión.

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Dan Perjovschi, The crisis is (not) over, Foto: Camilayelarte

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The Crisis is (not) over, detalle. Foto: Camilayelarte


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Grupo de estudiantes comentado la obra. Foto: Camilayelarte


En cuanto a la colección en sí, debo decir que muy extensa no es, lo que es de agradecer. Esto no quiere decir que la visita al Museo no sea provechosa, si uno quiere se cansa mucho, pero los espacios expositivos están divididos en proyectos artísticos temporales y únicamente unas cuantas salas están dedicadas a la exposición de la colección.

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Vista de las sala de exposición de la colección. Foto: Camilayelarte

Artistas italianos, buena parte de ellos provenientes del arte povera y últimas adquisiciones de artistas internacionales es lo que encontramos. El tema que sirve de hilo conductor en la selección de las obras es el Hombre, la representación de lo íntimo y cotidiano y el arte que surge de su existencia.

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Gilbert&George, Skin. Foto: Camilayelarte


Nos dan la bienvenida Gilbert&George y una obra de Alighiero Boetti, Storia Naturale della molteplicazione del 1975, y no, no es uno de sus famosos tapices.

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Alighiero Boetti, Storia Naturale della molteplicazione. Foto: Camilayelarte


Luigi Ontani juega a hacer de mago en la obra Maschera mirata, nos obliga a cambiar de punto de vista para captarla en su totalidad. Giuseppe Penone muestra una obra atípica, al menos de lo que yo conocía de él, Geometria nelle mani.

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Marc Quinn, Esperando Godot. Foto: Camilayelarte

Marc Quinn y Esperando a Godot, un esqueleto rezando de rodillas fue adquirida por el Macro a propósito de una retrospectiva que se le dedicó al YBA (aunque ya no tan young).

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Mario Ceroli, Goldfinger (Miss) y Giulio Paolini al fondo. Foto: Camilayelarte

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Giulio Paolini, Belvedere. Foto: Camilayelarte


Giulio Paolini, Pino Pascali y Mario Ceroli, bebiendo unos más y otros menos del Arte povera también están presentes en la exposición de la colección.
En el próximo post hablaré de las exposiciones temporales que eran muchas y todas ellas interesantes.
Lo mejor: Sin duda las tres instalaciones de la planta baja. La interacción con las obras.
Lo peor: Cierta sensación de inconexión entre el discurso de las obras expuestas de la colección.

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