Esta tercera parte es la más convencional y menos demente de todas, habiendo perdido el ritmo frenético tan característico de la saga con una historia que empieza bien pero que hacia la mitad se encalla y ya no consigue arrancar totalmente de nuevo. Se agradece el intento de hacer algo diferente y trascendental narrando acontecimientos más globales, pero por desgracia eso hace que "Max" sea menos "Mad" que de costumbre. La más floja de todas que se salva por los pelos ya que consigue entretener sin problemas aunque mucho menos que sus predecesoras. Mi puntuación: 5/10