¡Reina mía soberana, digna de mi Dios, María!
Gracias por ser Santa María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra,
desde siempre.
Gracias por haber acogido
en tu seno purísimo
a quien es
la Vida y el Amor.
Gracias por haber mantenido
tu “Hágase”
a través de todos
los acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos
dignos de ser acogidos
y vividos.
Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad,
por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia,
por tu fidelidad,
por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes
que rivalizan en belleza
entre sí
y que Dios nos permite
atisbar en Ti.
Gracias por tu mirada maternal,
por tus intercesiones,
tu ternura,
tus auxilios y orientaciones.
Gracias por tantas bondades.
En fin,
gracias por ser Santa María,
Madre del Señor Jesús
y nuestra.
Amén.
Salve, canto de los querubines
y alabanza de los ángeles.
Salve, paz y alegría de la humanidad.
Salve, Jardín de las delicias.
Salve, Árbol de la vida.
Salve, Baluarte de los fieles.
Salve, Puerto de los náufragos.
Salve, reclamo de Adán.
Salve, rescate de Eva.
Salve, Templo santísimo.
Salve, Trono del Señor.
Salve, Virgen, que has aplastado
la cabeza del dragón precipitado al fuego.
Salve, Refugio de los afligidos.
Salve, Rescate de la maldición.
Salve, Madre de Cristo, Hijo de Dios vivo.
A Él toda gloria, honor, adoración y alabanza,
ahora y siempre
y en todo lugar,
por los siglos. Amén.
¡Oh Madre de misericordia!
Intercede ante Dios
y obtén para nosotros la gracia
de la reconciliación cristiana de los pueblos.
Obtén para nosotros las gracias
que en un instante puedan convertir los corazones
humanos,
aquellas gracias que puedan preparar y asegurar la
anhelada paz.
Reina de la Paz,
ruega por nosotros
y logra para el mundo
la paz en la verdad,
en la justicia,
en la caridad de Cristo.
S.S. Pio XII
Gracias por esta hermosa foto a Hijo de María.
Dios te bendiga, Hoy, Mañana y Siempre.