Hoy publico un artículo en el Cinco Días con el título: Madrid-Barça: no sólo fútbol, que reproduzco a continuación:
"Hoy se disputa uno de los partidos más esperados de la temporada. El Barça vive uno de los mejores momentos de su historia y el Madrid parece resurgir con la figura de Mourinho. Pero más allá de lo deportivo, ¿por qué el interés y la rivalidad entre ambos clubes?
A finales del siglo XIX Barcelona era una región con una importante actividad industrial. Tan sólo Estados Unidos, Inglaterra y Francia podían competir con la producción textil catalana. No obstante, si bien Cataluña tenía el protagonismo económico, el poder político estaba en Madrid, con lo que los intereses del gobierno central y los de los capitalistas catalanes chocaban.
En este contexto surgió en 1899 el Barcelona y un año después el Real Club Deportivo Español. El nombre de “español”, en primer lugar, y el título de “real” después, no eran del agrado de la hinchada culé que veía en ambos símbolos una provocación. Además, mientras la mayoría de jugadores del Barça eran extranjeros, los del Español eran castellanos. De este modo el club blanquiazul se convirtió en “el representante del centralismo en su propia casa”.
Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923–1929) se eliminó la bandera catalana y la lengua oficial fue abolida. Entonces muchos vieron en el barcelonismo la mejor vía para demostrar su reacción al régimen, lo que convirtió al club culé en un símbolo de la resistencia nacionalista al tiempo que la bandera blaugrana sustituía a la senyera en las manifestaciones políticas.
Con la proclamación de la República se abría un nuevo episodio histórico. Se reconocía el carácter diferencial de Cataluña y el Español era despojado del título de “real”. Sin embargo, con la llegada al poder del Generalísimo en 1939, la idea del Barça como “el ejercito sin armas de una nación sin estado” se hizo más evidente. Con el Caudillo, la rivalidad futbolística caracterizada por el enfrentamiento regional entre periquitos y culés se trasladó a la disputa entre merengues y blaugranas.
Franco trató de eliminar cualquier brote nacionalista, pero vio en el club culé una opción interesante a través de la cual los catalanes podían desahogarse. En un partido del Barça la gente podía gritar en catalán y cantar canciones tradicionales cuando no podía hacerlo en otro sitio, lo que hizo que los catalanes pusieran todo su orgullo en el club.
En esa época el Barça sería fichado en la Dirección General de Seguridad como “elemento peligroso y hostil al régimen”. Vázquez Montalbán escribió: “Cuarto en la lista de organizaciones que purgar, después de comunistas, anarquistas y separatistas, se hallaba el FC Barcelona”.
La filosofía culé viene definida por el lema “más que un club”. Nunca una frase tan corta ha significado tantas cosas. Un día memorable para la institución fue el 18 de febrero de 1974. El Barcelona ganó por cinco goles a cero en el Bernabéu y para algunos el proceso de transición democrático comenzó aquella noche épica. Un seguidor culé explicaba: “Todo el mundo salió a la calle para celebrarlo. Aquella noche hubo más senyeras que banderas azulgranas y la canción que cantaba la multitud era el himno proscrito Els segadors”.
En 1983, ya con la democracia en marcha, en una final de Copa del Rey, el Barça se imponía a su eterno rival, triunfo que el alcalde de Barcelona calificó así: “Esta victoria satisface los deseos de todo un pueblo”.
Laporta también hizo gala de su catalanidad durante un viaje a Bosnia en 2005. Allí decía: “El Barça es un club de Barcelona, capital de nuestro país, Catalunya. Estamos orgullosos de ser catalanes y manifestar esos sentimientos con el mismo orgullo que vosotros decís que sois bosnios”; y añadía en una entrevista: “La catalanidad del club es aceptada por todo el barcelonismo. El Barça ha tenido históricamente un papel extraordinario para promover los valores del catalanismo”.
En definitiva, la rivalidad Barça y Madrid trasciende lo deportivo. Hoy día –igual que antaño– los triunfos barcelonistas son celebrados con un “¡Visca el Barça!” seguido de un “¡Visca Catalunya!”, símbolo de la identidad del club con el regionalismo catalán".
* Hoy dejo aquí, a raíz de las elecciones catalanas de ayer, los artículos: Laporta cambia el palco por cuatro escaños en el Parlament y Laporta, con la independencia en el horizonte.