* monismo: dícese del movimiento estético que encumbra todo lo "mono" ** cuquismo: relacionado con el anterior, movimiento gastroartístico que ensalza todo lo "cuco".
Ya hablé anteriormente de todo esto, y defendí los "cápqueics", bien hechos, a ultranza. El problema (para mí, claro está, ya que yo soy una talibana antibobadas radical y peligrosa) está en que cada vez se riza más el rizo, y dentro de poco la parte que se come estará escondida por kilos y kilos de adorno. Mucho lazo y poca chicha.
Así que para variar un poco el panorama, y porque me siento reivindicadora, hoy tenemos magdalenas. Sencillas y recias magdalenas de pedigrí español, pero ah, reventonas como ellas solas y rellenas de salsa de chocolate.
Una de mis debilidades más inconfesables son las magdalenas de supermercado. No las normales, sino ésas que tienen dentro una especie de chocolate líquido, que se desparrama al untarlas en la leche y morder. Ay.
Las que yo compraba las han dejado de reponer, y llevaba dos semanas como alma en pena hasta que me decidí a hacerlas yo misma. El relleno es tal cual, salsa de chocolate, no trocitos que al enfriarse se ponen duros, no. Las magdalenas suben mucho y son de sabor suave y textura un poco tiesa, para poder untarlas hasta los nudillos sin que se rompan. Slurp.
Magdalenas reventonas rellenas de salsa de chocolate Dificultad, así de primeras:las magdalenas son para patosos, el paso del relleno igual necesita de colaboración.Probables complicaciones: empacho por chupeteo masivo de dedos manchados de chocolateSabor: oh ah uhhhh Tiempo: 30 - 40 minutos Receta de inspiración:para la salsa o sirope de chocolate, ésta de Annie´s Eats INGREDIENTES(para 6 magdalenonas enormes como las mías o 10-12 normales)
MAGDALENAS:
225 g. de harina
75 g. de azúcar
9 g. de impulsor / levadura química
1 miaja de sal
1 huevo
175 ml. leche
90 ml. aceite de girasol
azúcar moreno o blanco para adornar
SALSA DE CHOCOLATE:
230 g. azúcar
80 - 90 g. de cacao puro en polvo
230 ml. agua
1 pizca de sal
media vaina de vainilla raspada o 1 cucharadita de esencia
Si preferís las magdalenas sin untar, u os gustan más tiernas, podéis aumentar la cantidad de aceite. Al gusto, podéis echarla a la masa del bizcocho vainilla, ralladura de limón, licor o cualquier otra esencia.
PREPARACIÓN: Precalentar el horno a 200 grados y colocar las cápsulas de papel dentro de los moldes de magdalenas.
Tamizar la harina y mezclarla con el azúcar, el impulsor y la sal. En otro recipiente aparte, hay que batir el huevo junto con la leche, y después añadir el aceite. Esta mezcla de ingredientes líquidos hay que agregarla poco a poco a la de ingredientes secos. En 3 o 4 veces y batiendo muy bien tras cada adición.
Llenar cada cápsula hasta tres cuartas partes de su capacidad, y espolvorear con un poco de azúcar moreno.
Meter el molde dentro del horno a 200º y cocer durante 20 minutos aproximadamente, hasta que un palillo insertado salga limpio. Después, sacar del horno, desmoldar, y colocar las magdalenas sobre una rejilla para que se enfríen.
Podéis pasaros los 20 minutos de la cocción delante de la puerta del horno, haciendo aspavientos al ver cómo sube la masa, llamando a toda vuestra familia para que sea testigo de tamaño copete, o ir haciendo la salsa de chocolate.
Esta salsa mágica os servirá para ahorraros el tener que comprar sirope de chocolate cuando queréis acompañar un helado o unas tortitas. Se guarda perfectamente en una botella o frasco dentro de la nevera, dura un montón y sabe infinitamente mejor que el sirope comprado.
Magdalenas reventonas enfriando sobre la mesa de mi cocina normal antimonista.
PREPARACIÓN: Mezclar en un cazo el azúcar, el cacao en polvo y la sal. Añadir el agua, revolver para emulsionar todo y llevar a ebullición. Cuando la salsa esté hirviendo, reducir el calor a medio-bajo y dejar que reduzca durante unos minutos, removiendo de vez en cuando.Con estas cantidades sale mucha salsa, de modo que si queréis guardar la que sobre para usar otras veces, agenciaos un bote hermético. Para rellenar es mejor añadir una cucharadita de maicena disuelta en agua, volver a hervir y engordar la consistencia de la salsa. Podéis apartar la mitad de la cantidad en una botella, para usar como sirope líquido, y espesar el resto con la maicena para usarlo con las magdalenas.
Apartamos el cazo del fuego y añadimos la vainilla, revolvemos bien y dejamos que entibie.
ENSAMBLAJE TÉCNICO: Para rellenar las magdalenas, podéis usar una jeringuilla gruesa o una boquilla de manga pastelera, de las especiales que hay para rellenar.
Si no tenéis nada de lo anterior, el método casero es cortar con la punta de un cuchillo estrecho y fino una especie de cono en la parte superior del bizcocho.
Echar el chocolate dentro con una cuchara, cortar la parte puntiaguda del cono de bizcocho dejando solamente la parte de arriba, y volver a colocarlo sellando la magdalena. A comer, a untar y a disfrutar. Guardad las magdalenas que no os comáis en un recipiente hermético para que no se sequen, y ya está todo hecho.
¡Vivan las magdalenas! Como dice Dr. Muerte: ¡BANG BANG, MOTHERCUPKER!