Artista: Magma
Álbum: Merci
Año: 1984
Género: Prog fusión, soul, jazz funk, zeuhl
Duración: 40:52
Referencia: http://www.progarchives.com/album.asp?id=3314
Nacionalidad: Francia
¿Quién sabe? A la mejor Magma es uno de esos retos mayores que enfrentamos las personas que nos reconocemos como melómanas… Así como la obra de Frank Zappa, los últimos discos de Coltrane (influencia permanente sobre Christian Vander), el free jazz, el rock en oposición o la música concreta y todas esas experimentaciones académicas nos obligan a prestar una atención más concentrada y abierta a lo desconocido que las músicas mainstream —y alejan de su entorno al oído general (un día les cuento lo que piensan mis vecinos del Art Ensemble of Chicago, por ejemplo)—, la larga saga volcánica de esta agrupación francesa parece cerrar sus puertas al rockero promedio y solo permite la aproximación de escuchas aventureras… Pero entre 1982 y 1984, Magma se “suavizó” por un momento y dejó fluir una música accesible para un público más general, llena de soul y con una propuesta filosófica casi mística. El resultado fue Merci, disco que la fanaticada dura del género zeuhl, ese progresivo sinfónico espacial estridente y alucinante, descartaría como “poco magmiano” y aun como señal de que el imperio Vander “se vendía”. Vean su página en Progarchives, ningún reseñista le da más de tres estrellas y abundan las opiniones de dos y una. Qué cerrados somos a veces los fans del prog.
No es un movimiento raro: hacia mediados de los 80 todas las bandas iniciáticas del prog reorientaron sus esfuerzos hacia la conquista (que resultaría casi imposible) de una nueva juventud que desplazaba sus gustos hacia la herencia del punk, el new wave y el pop surgido de ellos. Ya nadie quería escuchar “suites” de media hora, nadie podía cantar esas melodías incapaces de respetar el círculo de do, nadie quería poner atención en un discurso tan complejo y exigente. Yes hizo “Owner of a Lonely Heart”, Genesis produjo Abacab y luego pop más pop, Camel cantaba “Wait”, en Renaissance la grandiosa Annie Haslam se cortaba el pelo, se ponía cerquillo a-la Cindy Lauper y cantaba como si hubiese recibido clases de Nina Hagen; el enano cascarrabias llevó a KC hacia la era Beat, Discipline, Three of a Perfect Pair, y hasta Peter Gabriel parecía revertir su genio hacia la canción cortita. La audiencia prog encontraría tortuoso el cambio y en un principio calificaría todo eso de comercialismo y vendimia. Pasaría algo de tiempo para que muchos de nosotros entendiéramos que la expresión de esos creadores seguía siendo valiosa —quizás aún más valiosa—; no importaba que tuviera una orientación que parecía traicionar los valores con los que nos habían formado como amantes de la música y que, sin saber realmente qué decíamos, decíamos que era comercial como si eso fuera malo (y como si “Supper’s Ready”, “The Gates of Delirium”, The Snow Goose o “In the Court of the Crimson King” no hubieran sido éxitos de ventas).
Con Magma, el viraje se llamó Merci (“gracias” en francés) y dejó fluir los nervios de este grupo de creadores alucinantes hacia una música de mayor ligereza, accesible pero no por ello menos genial. Es un discazo, y que me perdone todo el fandom progresivo. Desde el arranque en “Call from the Dark”, nos recibe una sección de metales digna de una discotheque, una rítmica funk extraordinaria, con su toque de techno en teclados atrás y con voces en inglés, ya no en francés ni en kobaïano… Debe haber sido un momento de transición para los Magma que poco antes habían sacado los tres volúmenes retrospectivos que compilaban versiones en vivo de los clásicos “Hhaï”, “Theusz Hamtaahk” y “Mëkanïk Dëstruktïẁ Kömmandöh”.
“Otis” sigue en el plano soul pero super suavecito, con el bajo en una sola nota marcando la rítmica para los cantos, en los que Stella Vander sorprende con el despliegue de su voz extraterrestre (recuerden que ella vino de Kobaïa), y con una aceleración sabrosísima y cada vez más funk. Y antes de volver al final de “Otis” hay un puente ultra funk en el que las voces vienen como salidas de un disco de Earth Wind & Fire y que manejan cambios de armonía nada comunes en el soul, y sin embargo no suenan completamente progresivos. Si la fusión musical, el diálogo de géneros y estilos se definiera musicalmente, el título de la definición sería “Do the Music” (y sonaría a Magma).
Destaca en este extraño disco “Eliphas Lévi”, un tema largo —el más largo con 11 minutos, acreditado a René Garber— dedicado al célebre mago, místico y ocultista francés del siglo XIX, Alphonse Louis Constant, mejor conocido con el nombre que da título a esta canción extraordinaria. Es todo un relato musical alrededor de las numerosas obras y hechos de este particular personaje que se encuentra en el corazón de muchas disciplinas relacionadas con la magia, lo espiritual, lo oculto y lo misterioso, temas a los que sucumbían muchísimas personas en Europa y América en busca de un sentido de la vida que parecía desaparecer en las viejas instituciones civiles y religiosas. El tema se distancia del espíritu soul y funk de las otras pistas y, sobre un compás cadencioso de ¾, establece una mirada más progresiva pero sin llegar a ser completamente zeuhl. Si los otros temas son cantados en inglés, el primer idioma del soul, aquí el relato se da en francés y en algo que parece kobaïano, el idioma inventado por Vander para narrar la saga antheriana.
Un disco polémico, denostado por la seguiduría más radical de Magma como “pop” (¡anatema!), que es, como dice Alain Raemackers en las notas al remaster de 2008 que aquí comentamos, el que más fans le ha ganado a la banda de Vander. Es mi caso, queridas cabezonas y cabezones: este fue el primer disco de Magma que escuché en mi vida, allá por 1993, de un cassette que me prestó Víctor Aramburu, contrabajista mexicano que nos ha enseñado tantas maravillas desconocidas. Desde entonces soy magmista de corazón.
Lista de Temas:
1. Call from the Dark
2. Otis
3. Do the Music
4. Otis (Ending)
5. I Must Return
6. Eliphas Levi
7. The Night We Died
Alineación:
- Christian Vander / canto, coros, piano (5-7), Rhodes electric piano (2,3,6), celesta (7), synth (1,2), programación de percusiones Linn (1), percussion (6), arreglos de metales (1,3,5)
- Stella Vander / canto, coros (1,5)
- Klaus Blasquiz / canto (5)
- Guy Khalifa / canto, coros (1,3,5), Rhodes electric piano (2), flauta (2,6)
- Benoît Widemann / teclados (1-3,5)
- Simon Goubert / teclados (1,3), arreglos de metales (1,3,5)
- Marc Éliard / bajo (2,3,5
- François Laizeau / batería (2,3,5), percusiones (5), programación de percusiones Linn (1)
Con:
- Jean-Luc Chevalier / guitarra (3)
- Jean-Pierre Fouquey / Rhodes electric piano (2)
- Michel Graillier / Rhodes electric piano (6)
- Patrick Gauthier / teclados (3)
- Phillipe Slominski / trompeta (1,3,5)
- Christian Martinez / trompeta (1,5)
- Michel Goldberg / saxo (1,3)
- Michel Gaucher / saxo (2)
- Robin Kenyatta / saxo (2)
- Freddy Opsepian / trompeta (2)
- Christian Guizen / trombón (2)
- Paul Bayle / saxo (3)
- Arrigo Lorenz / saxo sopranino (3)
- Denis LeLoup / trombón (3,5)
- Jerome Naulay / trombón (5)
- Zaka Percussions / palmas (5)
- Steve Shehan / percusiones (6)
- Alex Ferrand / coros (1,3)
- Liza Deluxe / coros (2,5)
- Maria Popkiewicz / coros (5)