Hay que tener en cuenta que estas cifras suponen una doble confirmación. El maíz MON810, el único que se siembra en España a nivel comercial. La férrea legislación europea ha impedido que se autorice ninguna nueva variedad de maíz transgénico. Durante todo este tiempo han salido variedades de maíz convencional mucho más eficientes y con mayor productividad que MON810, que ya es una variedad antigua. No obstante, como estas variedades no incorporan la resistencia al taladro, los agricultores optan por la variedad transgénica en detrimento de otras variedades que, en ausencia de la plaga del taladro, darían mejor resultado. De hecho la localización geográfica de los cultivos transgénicos responde principalmente a este factor. Sembrar maíz Bt en zonas donde la plaga del taladro del maíz no está presente es una tontería. No vale la pena comprar semilla más cara y con menos rendimiento si no es por una amenaza real. Una de las ventajas de los transgénicos es que ofrecen soluciones concretas a problemas concretos, por eso cualquier generalización que se haga sobre ellos, suele contener alguna falacia. Lo más triste es que la autorización de nuevas variedades que juntaran estos caracteres (mayor productividad, resistencia a insectos) nos permitiría aumentar el nivel de producción de alimentos... pero es el precio que tenemos que pagar por la trasnochada y acientífica utopía antitransgénica, de la cual acabaremos sufriendo las consecuencias. Bueno, de hecho las estamos sufriendo ya. Solo hay que ver lo que le está pasando al sector del algodón, al que se le ha impedido competir en igualdad de condiciones.
Por lo tanto no hay ninguna cifra objetiva que nos indique que los trasngénicos están fracasando, más bien al contrario. Solo alguien que no tiene ni idea podría decir una falacia semejante. Compartir