También estoy suscrito a varios canales de YouTube de conferencias, charlas y videos cortos que muestran buen contenido (desde el canal de charlas TED, el de Mauricio Schwarz, el Magazine de Ciencia, hasta la sexy Daniela Bos). La importancia de este material es que son amenos, interesantes, didácticos y hasta divertidos, y van dirigidos a un público no especializado pero interesado en saber aunque sea de forma básica sobre ciencia. El público general capta siempre las ideas simples y resumidas, y solo después, al querer profundizar en el tema, se interesan por las particularidades de una u otra explicación. Usualmente los proyectos como los ya mencionados siempre muestran material de buena calidad y en general suelen ser confiables, principalmente porque o es material comunicado por expertos en la materia o tal programa está supervisado por expertos en los temas a tratar. Pero, ¿qué pasa cuando un programa confiable de divulgación básica de la ciencia, expone mentiras y exageraciones haciéndolas pasar por hechos?
Pasa que causa gran daño a su reputación y a sus seguidores al ofrecerles información falsa o distorsionada. Y eso es lo que pasó, para mi gran decepción, con el canal de YouTube, CuriosaMente. Este canal había sido uno de mis favoritos para explicar de modo breve algunas preguntas que las personas comúnmente se hacen, así como también lo consideré un importante proyecto de promoción del pensamiento crítico, al abordar de forma sencilla y divertida, mitos paranormales como los fantasmas, los ovnis, la creencia en le tierra plana, el triángulo de las Bermudas, las profecías apocalípticas, etc. CuriosaMente ofrece en sus videos un ejemplo de divulgación científica para personas ajenas a la ciencia. O eso es lo que hacían antes.
Hace casi dos semanas, el canal publicó su video titulado "¿Los transgénicos son peligrosos?", donde, en poco más de 5 minutos se ocupan de mezclar verdades sobre biotecnología con tonterías y falsedades sobre la agroindustria (que, dicho sea de paso, como cualquier otro sector industrial, tiene su cola que le pisen). Para no contarles todo, aquí el video:
Comencemos con un análisis de las afirmaciones de este video para ver cuánta verdad muestran a su público.
0:00 - 1:41. En su introducción, el narrador del video comenta que los transgénicos sí son peligrosos, pero no por las razones que se suelen creer. Cuáles son esas razones, no lo dice, ya que inmediatamente comienza a explicar qué son los transgénicos. Entre los puntos a resaltar, está la acertada observación de que, aunque los seres humanos hemos modificado una cantidad inmensa de especies animales y vegetales, estas especies modificadas genéticamente no son transgénicos. Se ofrece una explicación sencilla de lo que sí es un transgénico, pero además, parece insinuar la clásica pseudopsimetría con comentarios estilo "aunque algunos científicos piensan que alterar así el ADN puede traer consecuencias inesperadas", o sobre su ejemplo de las plantas BT donde afirman "muchos biotecnólogos aseguran que este insecticida es inofensivo para los humanos, y otros piensan que hay que estudiarlo mejor antes de tomar decisiones." ¿Cuáles científicos piensan que consumir ADN transgénico trae consecuencias inesperadas y, más importante, cuáles son las pruebas o razones para pensar eso? Quién sabe. ¿No han bastado los años de investigación sobre plantas BT y el hecho de que nunca se ha reportado caso de envenenamiento o cualquier otro tipo de daño a la salud por el consumo de una planta BT? Tal vez para los "científicos" que se consultaron para este video, no es suficiente, supongo.
1:41 - 1:54. Aquí es donde comenzamos realmente con mala información. El video afirma que lo malo de los transgénicos, no son las plantas modificadas en sí, sino que está "muy cerca de ellos". Con esta frase tramposa, introducen enseguida el glifosato, que según CuriosaMente, solo Monsanto lo fabrica. Primero, los creadores del video insinúan de forma evidente que "lo malo" que hay con los transgénicos es el glifosato, una insinuación basada en nada, pero que analizaremos más adelante. El punto importante de estos 20 segundos del video, es su afirmación de que es Monsanto, y solo Monsanto, el fabricante del glifosato. Esto tal vez fue cierto hace años, antes del 2000. Pero iniciado el nuevo milenio, la patente del glifosato expiró, permitiendo que cualquiera, incluyendo gobiernos, universidades y otras instituciones no empresariales, lo puedan fabricar. Monsanto no posee autoridad ni monopolio alguno sobre el glifosato. Pero continuemos con mentiras más graves sobre el glifosato.
¿Cuál monopolio?
Gráfico del % que representan las principales empresas en el mercado mundial de semillas:
Monsanto 17,5%, Dupont 11%, Syngenta 6,5%, Groupe Limagrin 4%, Land O´Lakes 3,5%, KWS 2,5%, Bayer Crop Science 2%, Skata 1,5%, DFL-Trifolium 1%, Takii 1%.
El 50% restante se reparte entre otras compañias e instituciones alrededor del mundo.
Fuente: 3D, Exploring the Global Food Supply Chain, 2010.
1:54 - 2:17. CuriosaMente nos informa que el glifosato es tan efectivo, que incluso mata a los cultivos, y que, si quieres seguir cultivando "casualmente", le tienes que comprar a Monsanto sus semillas modificadas genéticamente. Claro, como según los creadores del video, Monsanto es el quien controla el mercado del glifosato, obviamente esta malvada empresa será también la que maneja las únicas semillas resistentes al glifosato. ¿Es esto cierto? No exactamente. Se sabe que el glifosato sí es un herbicida capaz de acabar con otras plantas además de la mala hierba. Pero, como ya dijimos, el glifosato no es un producto vendido solo por Monsanto. El glifosato es vendido y fabricado por más de 20 empresas en el mundo, y en muchos países es fabricado por empresas nacionales. Otro punto importante para derrumbar este mito, es que las semillas resistentes al glifosato tampoco son monopolio de Monsanto ni de ninguna otra empresa. Resulta que esta tecnología también es vendida y/o fabricada tanto por multinacionales, empresas nacionales e incluso institutos públicos de investigación. La idea de que las empresas desarrollan la tecnología semilla transgénica + herbicida para tener el monopolio, es un mito, y uno muy ingenuo, por cierto.
2:18 - 2:20. El video afirma que esta práctica "glifosato + semillas transgénicas" ha aumentado el uso de herbicidas en el mundo. Esto no es exacto. Es cierto que hoy en día el uso de herbicidas está en aumento, y más aún, el aumento de uso del glifosato por encima de otros herbicidas (incluyendo los de "origen natural", los que se sabe son más tóxicos). Esto ha traído otro problema importante para la agricultura: el origen de la supermaleza, un fenómeno causado por el uso inadecuado del herbicida: aplicación reiterada, dosis inadecuadas (mayores o menores a la recomendada) y la no rotación en el tipo de herbicida. Este hecho no tiene nada qué ver con la conspiranoia del monopolio glifosato y semilla transgénica. El aumento del glifosato en el mundo se debe a la preferencia de los agricultores hacia este herbicida, por encima de otros menos efectivos y más tóxicos. Algo que olvidan mencionar es que, gracias al uso de plantas transgénicas resistentes a plagas, el uso de insecticidas de amplio espectro ha ido disminuyendo.
2:20 - 2:44. El equipo de CuriosaMente continúa con la desinformación asegurando que el glifosato (al parecer, a diferencia de otros herbicidas, supongo) se queda en la tierra y puede esparcirse por el aire y el agua, matando otras plantas, insectos (aparece una abeja muerta. Me pregunto si tendrá que ver con este mito) y enferma a otros animales. Nada de lo que se afirma en estos segundos es verdadero. Hay que señalar que, hasta aquí, la única conexión que hay entre transgénicos y el glifosato, es la apelación a Monsanto, es decir, una falacia. Hasta ahora, el video no nos dice qué conexión hay entre el herbicida y los transgénicos más allá de esa supuesta conspiración para mantener el monopolio de Monsanto que, como ya vimos, es falso. Otros grupos anti-transgénicos, además de apelar a Monsanto, suelen asegurar que el glifosato es usado exclusivamente en campos transgénicos, parece ser que CuriosaMente supone esto también. El glifosato es un herbicida con más de 40 años de aplicación, usado 15 años antes de que apareciera el primer cultivo transgénico.
Como ya se mencionó, el uso de glifosato ha ido en aumento alrededor del mundo, pero no debido a una conspiración multinacional, sino debido a que en agricultura hay un consenso bien establecido de que el glifosato es más efectivo, y no solo eso, es más seguro que muchos otros pesticidas (con patentes o sin ellas, naturales o artificiales). Volviendo al mito de la permanencia en suelo, agua y aire, el glifosato es un herbicida que se diluye con mucho mayor rapidez que los herbicidas convencionales, y diversos estudios han demostrado ser amigable al medio ambiente en comparación con la competencia. El glifosato se descompone rápidamente en el suelo gracias a los microorganismos que viven en él, generando como residuo ácido aminometilfosfónico (AMPA). Dependiendo del clima, el tipo de suelo y otros factores, la duración promedio del glifosato en el suelo es de 47 días. Se sabe de casos de cosechas que, después de un año de haberse aplicado el glifosato en el campo de cultivo, seguían mostrando residuos de éste. Lo que no se ha encontrado nunca, es que las cantidades de tales residuos sean peligrosas.
En el agua, el glifosato puede tardar mucho más en degradarse. El glifosato tiene el potencial de contaminar las aguas superficiales. Se ha detectado también AMPA en cuerpos de agua, aunque probablemente se deba a la contaminación por detergentes, más que por la degradación de glifosato. El daño a la fauna acuática es prácticamente nulo, tal como señala la National Pesticide Information Center (NPIC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, en el mercado existen herbicidas potencialmente dañinos, que contienen glifosato, pero son dañinos debido a otros ingredientes contenidos, no al glifosato. El NPIC, de paso, nos informa que el daño por glifosato puro a la fauna en general también es inexistente.
El mito del glifosato en el aire se originó a partir de un verdadero estudio titulado “Occurrence and Fate of the Herbicide Glyphosate and Its Degradate Aminomethylphosphonic Acid in the Atmosphere”, y publicado en la revista Environmental Toxicology and Chemistry en 2011. El problema fue que algunos sitios en internet anti-transgénicos, sin leer más que la introducción del estudio, afirmaron que éste era una prueba de que se ha llegado a encontrar glifosato en el 75% del aire. El estudio buscaba rastrear, por medio de sofisticados métodos de química analítica en muestras de aire de 1995 a 2007, sustancias químicas en el aire que se desprenden del suelo gracias al viento, la lluvia y otros factores. Lo que encontraron en muestras de aire del 2007, fue que en un 75% de las muestras se detectó glifosato, junto con otras sustancias, como la atrazina y el molinato (un compuesto que se había dejado de usar desde hacía cuatro años). Lo que a los anti-transgénicos se les olvidó mencionar, es que los niveles se medían en nanogramos por metro cúbico. Es decir, los niveles de concentración son de millones de millones de veces por debajo de cualquier relevancia biológica. El que el glifosato esté en el aire matando otros cultivos, plantas silvestres, abejas, aves y demás, es una vil mentira tragada y transmitida por CuriosaMente.
2:44 - 3:23. Continuando con este video que debió titularse más "¿Por qué estamos en contra de Monsanto y su glifosato?", el narrador de CuriosaMente nos dice que el glifosato se queda en la piel de los trabajadores, en la comida y en otros productos. Esto sería realmente preocupante si este herbicida haya sido encontrado adherido en grandes cantidades. Pero no es el caso. Otros pesticidas llegan a adherirse igualmente, causando verdaderos problemas por ser altamente tóxicos aún en pequeñas cantidades. Los pesticidas orgánicos, tan defendidos por los hipsters y los seguidores de Greenpeace, han llegado a intoxicar en muchos casos, mientras que del glifosato no hay un solo caso similar.
Como si no fueran suficientes las mentiras conspiranoicas, CuriosaMente asegura que son los "estudios oficiales, muchos de ellos patrocinados por Monsanto, de manera directa o indirecta, aseguran que el glifosato no es tóxico", y que hay "casos" que hacen sospechar de lo contrario, como en el pueblo San Salvador (Entre Ríos) en Argentina, donde las tasas de cáncer son muy altas y se han reportado problemas neurológicos y malformaciones en recién nacidos. Lo primero a mencionar es que, en 40 años de estudios (en los que también se incluyen estudios independientes) bien hechos, no se ha demostrado toxicidad del glifosato usado en las cantidades que se usa en los campos. Tampoco hay un solo estudio que demuestre la conexión del glifosato con el cáncer, problemas neurológicos ni malformaciones. Lo que sí hay en abundancia, es el amarillismo y el fraude científico, como el del caso Seralini.
Y sobre las zonas rurales de Argentina, a los creadores de CuriosaMente les vendría unas buenas clases de pensamiento crítico, principalmente la lección "correlación no implica causación". Tomando en cuenta que Argentina es uno de los países líderes en biotecnología, y que las alarmas del aumento de cáncer provienen de fuentes no científicas, como GM Watch y The Ecologist, no es sorprendente ver que este mito es tan fácil de derribar como teclear y buscar en Google. Resulta ser que el gobierno argentino investigó los reclamos de aumento de cáncer en las zonas donde se cultiva ampliamente transgénicos, y lo que encontró fue "los casos de cáncer reportados por los vecinos no pudieron ser confirmados.” El Dr. Martín Alonso, médico y director del Hospital Oncológico provincial de Córdoba (donde también se reclama lo mismo que en San Salvador), como señala un artículo traducido en Sí quiero transgénicos, redactó un informe y se lo envió al presidente de la comisión de salud provincial para aclarar que no hubo un aumento general en las tasas de cáncer reportadas en Córdoba entre 2004 y 2011, y que dichas cifras no eran diferentes del resto de Argentina. Entonces, el aumento de cáncer en Argentina por culpa del glifosato o los transgénicos es solo otro mito, del que incluso la Sociedad Argentina de Nutrición se ríe.
3:23 - 3:39. Aquí comenzamos con los"argumentos" de tipo económico. El video se cuestiona sobre si los transgénicos han ayudado a aumentar las cosechas y sobre si los transgénicos están ayudando a paliar el hambre. Ante la primera cuestión, CuriosaMente responde con una tabla salida del New York Times, que las cosechas no han aumentado gracias a los transgénicos, en comparación de Europa (occidental) donde no se utilizan estos tipos de alimentos. Esto parece chocar con los datos el artículo "Global economic benefits of GM crops reach $150 billion", de PG Economics Limited, publicado en 2016. El artículo nos habla de una mejora en el rendimiento de las cosechas, de la mejora del rendimiento para los agricultores en especial en países en desarrollo, sobre el excelente retorno de inversiones para los agricultores, la menor presión sobre escasos recursos de la tierra y contribución a la seguridad alimentaria mundial y las mejoras ambientales. El informe, a diferencia de la tablita del New York Times, es un reporte a nivel mundial que analiza los beneficios socio-económicos y ambientales de los transgénicos desde 1996 hasta 2014. Como el bioquímico chileno Daniel Norero señala, "las conclusiones del documento demuestran que en el año diecinueve de la adopción generalizada de los cultivos GM, estos han seguido generando beneficios socio-económicos y ambientales importantes, lo que ha permitido a los agricultores cultivar más, con menos recursos, al tiempo que ofrecen importantes beneficios medioambientales para todos los ciudadanos."
¿Y qué dice CuriosaMente sobre los transgénicos contra el hambre?
3:39 - 4:07. En vez de estar viendo un video didáctico de divulgación, pareciera que estamos viendo un video chairo colado al canal de CuriosaMente. Y es que sobre los logros contra la hambruna obtenidos gracias a los transgénicos, el equipo de este canal solo se limitó a decirnos que el hambre es un problema de distribución y de desigualdad económica, y mientras hay millones que no tienen para comprar comida, las malvadas multinacionales gastan millones de campañas y publicidad. Y que en su opinión, el problema es social y económico. Un consejo, si quiere hacer buena divulgación científica, divulgue en base a datos no en base a lo que usted siente u opina, o de otro modo, terminará con un video tan mediocre y malo como el de CuriosaMente.
Sí, es verdad que el problema del hambre en el mundo no es un problema simple, y por tanto, no puede tener una única solución (simple). Existen varios factores que originan y mantienen el hambre y malnutrición en el mundo, pero una de las muchas líneas de ataque a este problema son los transgénicos, tal como demuestran los datos, no las opiniones. Un ejemplo de la lucha contra la malnutrición y el hambre, es el del arroz dorado. En "10 Reasons To Eat GMOs and Feel Grateful For It", de Maria Brilaki, el problema de la deficiencia de la vitamina A "es responsable de la ceguera de 250 000 – 500 000 niños, de los que un 12 % mueren después de 12 meses de haber quedado ciegos." La biofortificación de alimentos, como es el caso del arroz dorado (que es de ese color por el aumento de beta-caroteno), es la principal variable para resolver este problema, y como de hecho, se ha estado resolviendo en los últimos años. Por desgracia, el arroz dorado es probablemente el alimento transgénico más satanizado del mundo, siendo principal blanco de ataque de los tecnófobos de Greenpeace.
Pero si hay un ejemplo a seguir en la lucha contra el hambre, ese es sin duda el de Norman Borlaug. Doctorado por la Universidad de Minnesota, de orígenes humildes, en 1944 se interpuso una invitación de la Fundación Rockefeller para que el joven científico agrícola se fuera a México a resolver un problema grave: las cosechas de trigo del vecino y aliado de los EE.UU. se habían visto reducidas a la mitad debido a la infección del hongo conocido como roya del tallo y el país se acercaba a una hambruna generalizada, comenta el periodista científico Mauricio-José Schwarz. Borlaug trabajó por 20 años a encontrar una solución a este problema próximo a convertirse en desastre. Así, cuenta Schwarz, hibridizando distintas variedades de trigo que recogió por todo el mundo para seleccionarlas y reproducirlas, polinizando a mano, en un duro trabajo manual en el campo, hasta conseguir una variedad resistente a la roya del tallo, fue que logró encontrar la solución. En cinco años logró una variedad del trigo mucho más productiva y resistente. Enfrentándose a otros problemas que resolvió igualmente con hibridación, para 1956 México ya era autosuficiente en trigo, gran logro considerando que antes importaba el 60% del grano. La variedad seleccionada por Borlaug mostraba una magnífica adaptación a casi cualquier tipo de clima, altitud y época de siembra, como consecuencia fortuita de haber sido seleccionada en ambientes tan distintos. El trigo de Borlaug se extendió -gratis- por todo el mundo y mostró un rendimiento sin precedentes en países de todo tipo.
Pero ahí no terminaron sus aportes. Schwarz continúa narrando un poco de su historia:
En la década de 1960, el innovador fue a la India, país que en 1943 había sufrido la peor hambruna conocida en la historia con más de cuatro millones de víctimas mortales. El genetista Mankombu Sambasivan Swaminathan, arquitecto de la Revolución Verde en la India, recuerda que al momento de la independencia de la India, en 1947, el rendimiento de trigo y arroz en los campos indios era de menos de una tonelada métrica por hectárea. Y aunque en los siguientes 20 años se incrementó el área de cultivo para alimentar a la desbordante población india, los rendimientos no aumentaban. Se importaban 10 millones de toneladas de trigo al año. De hecho, el libro de Ehrlich afirmaba que “la India no tiene ninguna posibilidad de alimentar a doscientos millones de personas más para 1980”.
La revolución verde consiguió que la cosecha de la India en 1965 fuera 98% mayor que la del año anterior... duplicando prácticamente el rendimiento del trabajo agrícola. Pakistán consiguió la independencia alimentaria en 1968. Al paso de los años, el trabajo de Borlaug ha conseguido resultados asombrosos. En 1960, el mundo producía 692 millones de toneladas de grano para 2.200 millones de personas. En 1992 estaba produciendo 1.900 millones de toneladas, casi el triple, para 5.600 millones de personas, y todo ello utilizando sólo un 1% más de tierra dedicada al cultivo
Los logros del especialista agrícola llamaron la atención del Comité Nobel, que en 1970 acordó entregarle a Norman Borlaug el Premio Nobel de la Paz porque, dijeron, “más que ningún otro individuo de su edad, ha ayudado a proveer de pan a un mundo hambriento”.Borlaug fue uno de los iniciadores de la llamada Revolución Verde, un ejemplo de cómo es posible combinar el conocimiento científico y la aplicación tecnológica a los grandes problemas que aquejan al mundo. Este es precisamente el camino que se sigue con la investigación en transgénicos, camino que ha encontrado mucha oposición gracias a la ignorancia y la conspiranoia, como la que expresa el pequeño vide de CuriosaMente, quienes parece prefieren conformarse con opiniones antes que investigar de manera seria.
4:07 - 4:25. El video insiste en la conspiración del monopolio de una variedad de semilla transgénica la cual le importa un bledo que los tradicionales métodos de agricultura y selección que se han hecho por años, pero además menciona de pasada que estos monopolios multinacionales están "poniendo en riesgo la biodiversidad y posibilitando la contaminación genética." Vamos, que a CuriosaMente no se le olvidó repetir ni uno solo de los principales mitos y malentendidos sobre los transgénicos. ¿Amenazan los transgénicos la biodiversidad de los cultivos? Este mito ha sido altamente difundido por los principales promotores de la tecnofobia como Natural New, el estadista Nassim Taleb, la filósofa Vandana Shiva; sorprendentemente también por National Geographic y la FAO, se han unido a defender este mito.
El biotecnólogo y divulgador, Andrew Porterfield, nos dice que los argumentos sobre la pérdida de diversidad de cultivos están, en su mayoría, basadas en un estudio que se realizó en 1983 por el Rural Advancement Foundation Internacional (RAFI), el cual nunca fue publicado y que además nunca pasó por un proceso de revisión por pares. Aun así, el artículo fue difundido por la FAO a través de muchas organizaciones y autores. El estudio comparaba un catálogo de semillas disponibles, el cual fue elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). El estudio, señala Porterfield, argumentaba que solo 3% de las variedades de semillas disponibles en 1903 estaban aún disponibles en 1983. Las variedades de lechuga habían disminuido de 107 a 36 mientras que las variedades de tomates habían decaído de 408 a 79. Por ende, el estudio elaborado por el RAFI concluyó que solo 3% de las semillas disponibles en 1903 están disponibles en 1983.
Sin embargo, hay un problema con este estudio. Comparando catálogos de semillas de 2004 con catálogos de 1903 dos investigadores de la Universidad de Georgia encontraron que actualmente para 48 vegetales los agricultores tienen la misma cantidad de opciones de variedades como en 1903. De hecho, las variedades de varios cultivos se han incrementado drásticamente. Paul Heald y Susannah Chapman reportaron un aproximado de 7,100 variedades en 2004 contra 7,262 en 1903. Para el frijól de jardín las variedades han aumentado de 185 a 771 mientras que para la lechuga han aumentado de 107 a 502; los tomates se dispararon desde 408 variedades a más de 1500.
Según la descripción en Sí quiero transgénicos: tabla de comparación entre números de variedades de 48 semillas disponibles en el mercado en 1903 y 2004. Heald y Chapman, 2011.
Los investigadores del estudio RAFI solo buscaron si las variedades disponibles en 1903 seguían en el mercado en 1983. No contaron con el hecho de que las variedades de cultivos han aumentado de muchas otras maneras que no estaban reportadas en la bibliografía que citaron, como: los esfuerzos por preservación de especies vegetales, el almacenado en bancos de semillas, las importaciones de nuevas semillas a los Estados Unidos y los cultivos que han sido mejorados genéticamente (incluyendo mejoramiento convencional, desarrollo de híbridos y cultivos transgénicos), continúa explicando Porterfield.
Otro problema que explica el malentendido en las diferencias numéricas fue debido a la naturaleza de las variedades por sí mismas. Es decir, muchas de las variedades reportadas a principios del siglo XX no representan especies diferentes; sino que más bien son la misma especie pero con otro nombre. El autor del estudio de 1903, William Tracy, hizo esa aclaración. En su estudio dijo que “los nombres de las variedades vegetales de este país están siendo aumentadas enormemente debido al renombramiento de variedades viejas” Por ejemplo; Tracy encontró 578 nombres de variedades de frijól, de las cuales solo 185 de esas eran realmente diferentes, así que básicamente borrando un aproximado de 400 variedades representaban una pérdida cero de diversidad.
Entonces no, los transgénicos no están acabando con la biodiversidad y el que éstos promuevan el monocultivo es un mito más.
¿Y qué hay sobre la contaminación genética? Primero que nada, debemos tener en cuenta que "contaminación genética" no es un término científico, sino que es un peyorativo usado por ambientalistas, como Greenpeace, para referirse flujo genético no controlado hacia una población salvaje. La FAO define la contaminación genética como la "Diseminación incontrolada de información genética (que frecuentemente alude a transgenes) hacia genomas de otros organismos que, en su forma natural, no contienen tal información." ¿Pero realmente está ocurriendo?
El Dr. en Biología molecular, Gabriel León, en una entrevista realizada por Daniel Norero, contestó a esta cuestión bastante explotada por alarmistas:
La contaminación genética es un problema latente, pero hay que considerar que, hasta ahora, los casos descritos de presencia de cultivos trangénicos donde no debería haberlos, corresponde a pérdida de semillas y no a polinización cruzada. El polen de muchas especies de plantas pierde viabilidad rápidamente y los riesgos de polinización cruzada son bajos. Además, la presencia de un transgen de resistencia a un herbicida, por ejemplo, no le otorga ventaja a una planta que crece en un campo donde no se aplicará ese herbicida. En ausencia de presión selectiva ese gen, pobremente representado en esa población, tenderá a desaparecer de la población. Sin embargo, es un problema real y debe ser enfrentado.
En el caso de los árboles, por ejemplo, no se ha avanzado mucho en el desarrollo de transgénicos ya que el polen del pino, por ejemplo, puede ser viable luego de viajar 40 km por el viento. Recientemente una empresa (ArborGen) acaba de desarrollar una variedad de pino transgénico que es estéril masculino: no produce polen y por lo tanto el riesgo de dispersión de polen está controlado. Este árbol se usará como “base” para hacer transgénicos sin riesgos de disperción asociados.
El libro que los creadores
de CuriosaMente necesitan.
Como vemos, los errores y mentiras en los que incurre CuriosaMente no son menores. En un video de 5:10 difunden tantas inexactitudes, falacias y mentiras, que pone en seria duda su rigurosidad como canal de divulgación, que se ocupa de investigar de manera rigurosa los temas que presenta. Entre los enlaces que comparte también resalta uno de la European Network of Scientists for Social and Enviromental Responsability: un manifiesto firmado por 300 (supuestos) científicos que aseguran que no hay consenso científico sobre la seguridad de los alimentos transgénicos. Artículos como éste tienen tanta validez como el Disenso contra el darwinismo del Discovery Institute (una organización creacionista), donde un grupo de "científicos" asegura que no hay consenso sobre la realidad de la evolución sin un diseñador inteligente. Sencillamente ridículo.
SI TE INTERESA ESTE TEMA
*Comer sin miedo, por J. M. Mulet, Paidós, México.
* El sitio web Sí quiero transgénicos, posee una colección de escritos de alta calidad, tanto originales como traducidos, sobre los mitos de los transgénicos, así como los grandes logros de la biotecnología.
*El blog Tomates con genes, del bioquímico J. M. Mulet, es de los principales sitios en español con datos, notas rigurosas, debates y humor escéptico sobre la polémica de los transgénicos.
*El álbum de diapositivas resumidas sobre los mitos de los transgénicos en la página oficial de facebook de Sí quiero transgénicos, ofrece información y enlaces de calidad sobre el tema.
* "El error de cuando tu único argumento es Monsanto", artículo de Andrés Rodriguez Seijo en su blog Ciencia y cosas, que sin duda los creadores de CuriosaMente deberían de leer.