Ya se acercá el día 11 de Septiembre. Ese día, el mundo entero recordará a esas 3000 personas que murieron en el atentado de las Torres Gemelas. Las televisiones emitirán documentales, reportajes, series y dedicarán amplios espacios informativos a esta fecha maldita. Ese día se nos recuerda que hay seres humanos locos y crueles que son capaces de quitar la vida a otros seres humanos por motivos ideológicos, religiosos o políticos como excusa a su locura .
Pero, también es cierto que al recordar los “11″ ( ya añado el 11M, en Madrid, con 200 vidas y 2000 heridos) , no puedes evitar ligar esa actitud asesina a una determinada religión: el islamismo. Nuestra conciencia reguladora y pacífica, nos alerta que esa generalización es dañina ya que los que están ligados a las muertes y a infringir el dolor al prójimo son la vertiente radical y minoritaria de esta religión. Vale. Pero, nuestra propia humanidad ( que es frágil) no nos permite olvidar que no se ha hecho en nombre de Buda, ni de Cristo. El protagonista es Alá .
Y sabiendo que esto es así, me enorgullezco de los vecinos de la Zona Cero que, ante la encuesta a favor o en contra de la construcción de una mezquita musulmana en la zona cero (Iniciativa Córdoba) se han decido por estar ” a favor” para fomentar la tolerancia , la igualdad y el respeto a las religiones.
Pero ayer ví uno de esos reportajes sobre el 11S . había imágenes y escenas que ya han sido repetidas muchas veces y otras, inéditas para mí. La banda sonora se componía de las conversaciones, voces, exclamaciones de todos los que vivieron ese horror : bomberos, vecinos, polícia, turistas… Lo estaba viendo sabiendo cual era el desarrollo y el final. Sabía que aquella gente que se asomaba por las ventanas , había muerto en la vida real. Y también, muchos de los bomberos. Y sabías que las torres se desplomarían y, con ellas, miles de personas con vidas humanas tan reales como la mía. Sabía todo eso y mi corazón se encogía , cada vez más con cada imagen y con cada palabra que oía. Quedó reducido al estado de piltrafa y me hizo dormir con un sentimiento de tristeza e inquietud .
Esta mañana oigo hablar de la “Iniciativa Córdoba” y , ¿os digo la verdad?, tras haber reflexionado sobre el tema , yo me manifestaría en contra de ese proyecto. Pero no es que por no sea tolerante. Ni porque crea que todo musulmán es radical: diría que NO a la mezquita, diría que NO a una Iglesia Católica, Ortodoxa ( y todas sus modalidades), diría que NO a un templo budista…
Díría NO a cualquier representación de una religión en la zona cero.
Ya es un lugar sagrado para la humanidad. Y sin importar que religión profeses o si no lo haces en ninguna. Las vidas que se quedaron allí, lo hacen más sagrado que ninguna de las Iglesia o Mezquitas del mundo.
Así que yo plantaría 3.000 árboles. Uno por cada ser humano. Porque más que ser un puente entre culturas y un camino hacia la tolerancia,la Iniciativa Córdoba es una inoportuna propuesta ( aunque tenga buenas intenciones), en una ciudad a la que no le faltan lugares para prácticar el culto a esa religión…En el fondo es una trampa : si dices que NO , no eres tolerante y puedes incitar al odio y si dices que SI, demostrarás tu buena voluntad y el deseo de paz pero, la realidad es que lo único que nos haría ser realmente abanderados del “amor al prójimo” ( o a la vida del prójimo”) es pasear por ese lugar -lleno de preciosos árboles-y recordar a cada paso, que hay una única religión viable: respeto profundo por todas y cada una de las vidas de este planeta.