¿Se equivocó André Malraux cuando dijo que " El siglo XXI será espiritual o no será"?De momento, se presenta como bastardamente individualista e hipermaterial



¿En qué mundo estamos, en qué y en quien confiamos?
Los amigos de épocas boyantes suelen desaparecer en las épocas de vacas flacas. Muchos entran en dinámicas complejas para salir del atasco económico y se sumergen en entornos nuevos, donde se sustituyen los amigos por los socios y estos, que en otro tiempo hubieran retroalimentado entusiasmo y complicidad, suelen comportarse como depredadores, muchas veces de la nada. Depredadores de hipótesis podríamos llamarles, porque muchos de los proyectos son sólo cifras y letras en un papel.Movidos por la desesperación todos podemos convertimos en gentuza. La vertiente más perversa del sistema nos invade, cual alienígena penetrando en los cuerpos y haciéndolos funcionar con unos códigos individualistas extremadamente peligrosos para el buen desarrollo social.

Contra esta penetración perversa del poder en nuestros cuerpos y almas, sólo hay una vacuna eficiente, conservar los valores de la solidaridad, la alteridad y profundizar en una visión crítica del entorno, innovando en las formas de desarrollo, representación y gestión de lo social, denunciando sin paliativos cualquier situación que nos parezca injusta, con nosotros o con el otro.Dejemos que esta gentuza siga retorciéndose en la mediocridad y convirtámonos en una élite innovadora, creemos una conspiración global de hombres y mujeres dignos contra la necedad, no sólo con palabras, sino con hechos.
Frente a la conspiración de la gentuza, generadora de entropía negativa, que vive instalada en la jerarquía, construyamos otra confabulación que incluya una nueva manera de pensar viejos problemas. Entre todos hagamos que el modelo de institución dominante sea el de la RED, como sistema abierto y estructura disipativa que encuentre su razón de ser en permanecer en constante estado de flujo, en equilibrio susceptible de reordenación continua, abierta indefinidamente a la transformación. Esta forma de organización, es más adaptativa, más eficaz y relega a la gentuza a permanecer en sus torres jerárquicas, único espacio en el que han podido sobrevivir y reproducirse. Que compitan ellos, nosotros compartiremos sinérgica, digna e inteligentemente.
Pese a la gentuza invasora de haciendas, cuerpos y almas, existen muchos millones de personas capaces de anteponer la permanente exploración de la novedad que posibilite un cambio de paradigma, ¡¡llamadme ingenuo!!

!!Felices fiestas, hombres y mujeres dignos !!Albert Pérez Novell