Vivimos tiempos convulsos, facilitadores de que el cinismo y la mentira, se instalen en el tejido social, como un virus que invade las celulas y las hace trabajar para su provecho.
¿Se equivocó André Malraux cuando dijo que " El siglo XXI será espiritual o no será"?De momento, se presenta como bastardamente individualista e hipermaterialAbunda la gentuza en todos los espacios sociales, personas antaño normales, se comportan de forma tremendamente sospechosa. Han olvidado intencionadamente cualquier minúsculo e inasible atisbo de ética. Gente que se comporta como si la vida careciera de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco, Para ellos, el otro es sólo un objeto a manipular o a destruir. Además no disimulan; políticos, empresarios, periodistas, y el vecino del quinto 2ª que agrede a su mujer, y la mujer del segundo 1ª que agrede a su marido, todos se permiten actuaciones y declaraciones que no hace mucho no hubieran sido capaces de contemplar. Este bastardo comportamiento con el que la Institución, el ICF, salva la cara frente a la opinión pública, aparentando que avala unos créditos a emprendedores que después el banco de turno acaba endosando al propio emprendedor, es una maniobra perversa que denota un contubernio institucional - financiero extremadamente repudiable. La ética es una especie espiritual en vías de extinción. ¿Hay límites?:La llamada ética de los negocios, si siempre ha sido un concepto preñado de indefiniciones, cuando no directamente de contradicciones, ahora simplemente no la veo en ninguna parte.Todos tenemos algo de gentuza, no son sólo los banqueros y los políticos, que encarnarían su quintaesencia, también los propios bancarios son cómplices y sicarios de haber engañado a pensionistas con preferentes, de colaborar con contubernios empresariales - institucionales para aparentar, por ejemplo, que el país apuesta por la gente emprendedora.
En esta línea, tengo un ejemplo reciente y cercano: En los créditos otorgados por el ICF a proyectos emprendedores, donde aparentemente este organismo asume el 70% del riesgo de cada operación y el empresario el 30%. Cuando aparece la entidad bancaria que lo materializa (el ejemplo, se refiere al Banco de Sabadell) resulta que el decreto que ampara dicha distribución de riesgos se convierte en papel mojado, asumiendo el empresario el 100% del riesgo, para más inri, con su patrimonio personal, no sólo con el de la empresa.
Comentado este hecho con un Conseller de la Generalitat, su respuesta, con la mirada baja de impotencia, fue: Si, nos hemos encontrado con muchos casos así. Sigan ustedes, políticos, ayudando a la banca y a su gentuzadirigente, con la excusa que es la espina dorsal del sistema.
¿En qué mundo estamos, en qué y en quien confiamos?
Los amigos de épocas boyantes suelen desaparecer en las épocas de vacas flacas. Muchos entran en dinámicas complejas para salir del atasco económico y se sumergen en entornos nuevos, donde se sustituyen los amigos por los socios y estos, que en otro tiempo hubieran retroalimentado entusiasmo y complicidad, suelen comportarse como depredadores, muchas veces de la nada. Depredadores de hipótesis podríamos llamarles, porque muchos de los proyectos son sólo cifras y letras en un papel.Movidos por la desesperación todos podemos convertimos en gentuza. La vertiente más perversa del sistema nos invade, cual alienígena penetrando en los cuerpos y haciéndolos funcionar con unos códigos individualistas extremadamente peligrosos para el buen desarrollo social.
Contra esta penetración perversa del poder en nuestros cuerpos y almas, sólo hay una vacuna eficiente, conservar los valores de la solidaridad, la alteridad y profundizar en una visión crítica del entorno, innovando en las formas de desarrollo, representación y gestión de lo social, denunciando sin paliativos cualquier situación que nos parezca injusta, con nosotros o con el otro.Dejemos que esta gentuza siga retorciéndose en la mediocridad y convirtámonos en una élite innovadora, creemos una conspiración global de hombres y mujeres dignos contra la necedad, no sólo con palabras, sino con hechos.
Frente a la conspiración de la gentuza, generadora de entropía negativa, que vive instalada en la jerarquía, construyamos otra confabulación que incluya una nueva manera de pensar viejos problemas. Entre todos hagamos que el modelo de institución dominante sea el de la RED, como sistema abierto y estructura disipativa que encuentre su razón de ser en permanecer en constante estado de flujo, en equilibrio susceptible de reordenación continua, abierta indefinidamente a la transformación. Esta forma de organización, es más adaptativa, más eficaz y relega a la gentuza a permanecer en sus torres jerárquicas, único espacio en el que han podido sobrevivir y reproducirse. Que compitan ellos, nosotros compartiremos sinérgica, digna e inteligentemente.
Pese a la gentuza invasora de haciendas, cuerpos y almas, existen muchos millones de personas capaces de anteponer la permanente exploración de la novedad que posibilite un cambio de paradigma, ¡¡llamadme ingenuo!!
!!Felices fiestas, hombres y mujeres dignos !!Albert Pérez Novell