Neighbors 2: sorority rising (Nicholas Stoller, 2016. EEUU): una inferior e innecesaria continuación de la divertida, y por instantes mucho, Malditos vecinos (Neighbors, 2014), firmada por el mismo y prometedor (Paso de ti) director. Aquí los vecinos molestos de la joven pareja de recién entrados en la treintena pasan a ser una fraternidad de chicas, pero tanto estas, como después la pareja, siguen contando con Zac Effron para dar todo el por culo que puedan dar tanto unos como otros. Los momentos perdurables apenas existen (lo del airbag, como en la primera), prevaleciendo una falta de ideas alarmante comparada con la vida y el ingenio que mostró la propuesta original.

