Llevo una racha en la que duermo bastante mal, descanso poco, aunque duerma las horas suficientes. Tengo sueños tremendamente vívidos e intensos que me dejan agotada. Esta noche pasada me he despertado literalmente empapada en sudor, tras un sueño potente.
Claro que el descanso -no necesariamente el nocturno, pues puede suceder en un ratito de siesta- a veces me ha deparado experiencias mucho peores. Hace dos semanas, mientras me eché un rato con mi niña, que estaba con fiebre, tuve un episodio de parálisis del sueño. Lo había sufrido antes, en épocas de mucho estrés, y sé que no soy la única, aunque hay gente que no sabe ponerle nombre. Es una sensación espantosa, porque notas que estás despierta a nivel cognitivo, pero no puedes mover los músculos, abrir los ojos o articular palabra. Sucede cuando se pasa de un estado de sueño a vigilia o al revés. En mi caso ha sido siempre lo primero, en los despertares. Provoca mucha angustia no poder mover ni un dedo cuando estás despierta o en esa tierra de nadie que parece el tránsito al despertar. Al final, abrí los ojos con una sensación de inmenso agotamiento.
A pesar de ser una persona obsesiva con las enfermedades nunca lo he consultado con un médico. No creo que haya pastilla alguna sin peligrosos efectos secundarios que pueda modificar ese estado -si es que existe- ni que haya solución concreta. Como resulta que a veces si es bueno contrastar síntomas en internet, cuando comenzó a sucederme leí foros de trastornos del sueño en los que se aconsejaba evitar dormir boca arriba para no sufrir un episodio de parálisis y, en caso de que llegue, relajarse. El despertar muscular, al fin y al cabo, va a llegar, aunque esos momentos de inmovilidad se hacen eternos.
Desde que tuve esta última mala experiencia de mi yo durmiente, me meto en la cama con cierta aprensión, con temor a que me vuelva a suceder. Voy a empezar a sentirme como los personajes de la película "Pesadilla en Elm Street", que no querían dejarse vencer por Morfeo, porque durmiendo Freddy Krueger les echaba la zarpa. Al lado de la parálisis del sueño, Freddy es un bromista inofensivo.