Revista Opinión

Malos tiempos

Publicado el 17 febrero 2014 por Jcromero

Al amparo de una sociedad frustrada, la ultraderecha se envalentona. Si desagradables resultaron las imágenes de los triunfadores del referéndum de Suiza, festejando el fin de la libre circulación para los ciudadanos de la Unión Europea, qué decir de esa tragedia de Ceuta cargada de mentiras, amenazas y muertos. Si la alegría de los xenófobos produce náuseas, la muerte de inmigrantes causan escalofrío. Intolerable lasmentirasante tanta muerte,  ¿ocasionada? y perplejidad ante el silencio de un presidente en sus cosas.

La derecha avanza con distintos camuflajes: Francia hace tiempo que dejó de ser avanzadilla, Suiza se dispara un tiro en su propio pie y España, con la restricción de la justicia universal y sus pelotas de goma, pasa a ser referencia internacional del desprecio hacia los derechos humanos, la justicia global y la ayuda humanitaria. Malos tiempos para contemplar el panorama sin hacer nada.

Si la marca España cotiza a la baja por la infanta sumisa o por un ministro encubridor que admite casos puntuales en los que se vulnera la ley, es algo insustancial. ¡A la mierda la marca España! Particularmente, me importa bien poco esa España y su funesta marca: me interesan más los ciudadanos que los límites geográficos, las personas que las fronteras; los derechos humanos que una  simple marca publicitaria.

La marca España viste uniformes y botas en la playa de El Tarajal. Resulta descorazonador observar a esos agentes actuando bajo las órdenes de sus superiores, como soldados en tiempos de guerra, contra unos supuestos enemigos que, en todo caso, llegan indefensos, extenuados y asustados. En otras ocasiones les vimos rescatando a personas de las aguas, dándoles abrigo y seguridad. Son los mismos; reciben órdenes distintas. Nada es casual, tienen un director sacado de otra época, que miente, descalifica y amenaza a inmigrantes y ONG, un ministro que, corrige a ese director pero le mantiene en su puesto y un Gobierno que se niega a exigir y asumir responsabilidades. La gestión democrática tendrá que ser desautorizada por la justicia una vez más. Ante el temor de que Moncloa actúe, con los vídeos de Ceuta como Génova con sus discos duros, mucho está tardando la justicia en requisar el material necesario.        

Que la crisis se ceba con especial crudeza sobre los sectores sociales más vulnerables ya lo sabíamos, ahora sabemos también que el Gobierno de este país lanza pelotas de goma contra personas que, indefensas, huyen del hambre, la persecución y la miseria. La marca España es una pesadilla con ministros invocando santos y vírgenes mientras ahogan el humanismo cristiano, en el que dicen inspirarse, y olvidan el auxilio debido a las personas en peligro. ¡Abajo las caretas! ¿Para qué tanto oremus cuando les interesa más la macroeconomía que las personas y las estadísticas que derechos humanos?

A la sombra de la corrupción y la incompetencia, corremos el riesgo de levantar una espesa capa de insensibilidad mientras ellos continúan pisoteando derechos cívicos y sociales. Malos tiempos… ¡Qué le vamos a hacer!, exclama el conformista. ¡Habrá que hacer algo!, le responde un coro social que, tan ingenuo como siempre, imagino cada día más numeroso.

Es lunes, escucho música:


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