Revista Salud y Bienestar

Maltrato infantil: Lesiones o enfermedades inferidas por el propio responsable de los cuidados del niño

Por Pedsocial @Pedsocial

aventures-fantastiques-du-baron-munchhausen-1943-04La Academia Americana de Pediatría publica en su próximo número de la revista PEDIATRICS un artículo sobre las situaciones en las que un niño sufre agresiones en forma de enfermedades inventadas por el propio responsable de su cuidado, padre, madre o cuidador. Como tantas otras veces la gramática inglesa permite comprimir en tres palabras lo que viene a ser una descripción completa: “Caregiver-Fabricated Illness” literalmente se puede traducir como ”enfermedad inventada por el cuidador”. Modas y cierta búsqueda de precisión que sea además políticamente correcta (y sexualmente correcta y que contemple cualquier situación social) lleva a utilizar el término “caregiver”, quien proporciona los cuidados habituales, substituyendo ”padre” o “madre”, al no ser siempre el caso de que quien se ocupa de los cuidados de un menor sea una persona distinta a los progenitores.

Algo así se ha hecho con la violencia doméstica, al substituir marido o esposo (o esposa) por “intimate partner“, “compañero íntimo” que engloba cualquier tipo de pareja, mujer u hombre, hetero u homosexual que mantenga relaciones íntimas con la víctima.

Fabricated“, del verbo ”To fabricate”, es uno de esos ”falsos amigos” del idioma inglés pues se debe traducir como ”inventado”. Fabricar cosas en una fábrica se dice “manufacture”.

Aunque la situación se conocia comúnmente como síndrome de Munchausen por poder, otra traducción un tanto tortuosa, se han sugerido varios nombres alternativos en los últimos años. Estos han incluido Falsificación de enfermedades pediátrica, trastorno ficticio por poderes, o por delegación, y abuso médico infantil, a cual más imprecisa.

El informe de la AAP es una actualización de uno publicado en 2007 por el subcomité de malos tratos de la AAP, en el que llamó a esta forma de maltrato “abuso de menores en el entorno médico.”

Dice: “Al igual que el nombre ha sido objeto de debate, la definición ha sido motivo de controversia, en parte porque las primeras definiciones incluyen a menudo la motivación del delincuente”, escriben los autores.

“Enfermedad inventada por el cuidador” en un niño se define mejor como un maltrato que se produce cuando un niño ha recibido atención médica innecesaria y perjudicial o potencialmente perjudicial debido a las consultas o signos y síntomas inducidos por el cuidador e inventados”, escriben.

Además de instar a los médicos a estar en alerta por el estado, el nuevo informe pide un acuerdo entre el campo de la terminología adecuada y discute posibles enfoques para la evaluación, el diagnóstico y las intervenciones.

Anteriores revisiones de la literatura han señalado que los síntomas más comunes incluyen hemorragias, diarrea, apnea, vómitos, erupción cutánea y depresión del sistema nervioso central. También se han reportado casos de en fermedades emocionales y de comportamiento, como la psicosis y el trastorno de déficit de atención, y las acusaciones falsas de abuso sexual o malos tratos.” 

No descubrimos nada nuevo, lamentablemente. Quizá este debate sobre un término clínico no sirva más que para llamar la atención sobre su existencia. Catalogado de ”síndrome” y asignado un nombre germánico como Munchausen, le confiere un cierto carácter de cosa rara, o infrecuente. Y además demasiado “biomédico”, menos acostumbradas las profesiones asociadas a la medicina, enfermeria, trabajo social o la judicatura, a utilizar y conocer cuadros clínicos, signos o síntomas, con nombre de ”sabios” centroeuropeos o japoneses que los descubrieron. Una onomástica de homenaje que sólo ha servido para torturar la memoria de estudiantes, a mi jucio totalmente innecesaria.

Con el debido respeto a quienes nos precedieron en esta profesión, de quienes tanto (o quizá no tanto) aprendimos y a quienes tanto debemos, ya va siendo hora de que esos nombres se substituyan por un vocabulario descriptivo que permita saber de que se está hablando sin recurrir a un diccionario o a ese miembro senior del servicio que tuvo el tiempo, la capacidad y la “manía” de memorizar toda esa nomenclatura.

Cabe añadir, para quienes lo desconozcan, que el nombre de Munchausen lo asignó el Dr. Richard A.J. Asher al trastorno de la simulación de enfermedades del adulto, tomándolo del personaje de la literatura alemana ”Barón de Munchausen”,  un redomado mentiroso fabulador. El equivalente en la literatura francesa podría ser el Tartarin de Tarascon de Alphonse Daudet. En la italiana el mentiroso más conocido es Pinocchio. La literatura española está llena de mentirosos, pero no se me ocurre uno que llegase a ser tan popular. Quizá El lazarillo de Tormes. El síndrome de Munchausen por poderes, o por delegación, fue descrito por John Money, un psiquiatra neozelandés en 1976.

O sea que en este caso no se menosprecia la memoria de nadie y cuesta poco abandonar el nombre, sobre todo antes de que alguien por más precisión lo acabe denominando síndrome de Asher-Money (!)

En este blog hemos hecho referencia a los malos tratos que representa la demanda asistencial facticia de forma más o menos directa en la entrada sobre la hiperfrecuentación en los servicios asistenciales. La “enfermedad inventada por el cuidador” tiene como agravante que muchas veces implica lesiones inferidas por el cuidador, ya sean traumáticas, intoxicaciones medicamentosos u otras. Los niños afectados deben ser objeto de atención inmediata, probablemente hospitalización para estudio de otros daños no evidentes y separados del cuidador responsable con las medidas judiciales pertinentes.

Pero no se debe olvidar que el agresor, el cuidador, padre o madre o lo que sea, con toda seguridad padece un trastorno psiquiátrico, sociopático, también merecedor de atención.

La simulación y la patología inventada no puede dejarse sóla en sus implicaciones judiciales, policiales o sociales. Requiere. como tantas otras cosas, un enfoque multidisciplinar. Y que unos y otros compartamos una nomenclatura común.

X. Allué (Editor)


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