Manifestándome hoy con el funcionariado

Bomberos, policías y funcionarios sentados frente a los antidisturbios en el Congreso de los Diputados en Madrid

Sentirse extraña en el lugar donde siempre has vivido, sentirte insegura frente a los que presumen de guardar tu seguridad, engañada, insultada, desprotegida. Así es como hoy muchas personas de las que vivimos en España nos podemos sentir.

Ya hace tiempo que me sentí de esta manera, por eso hoy, cuando los acontecimientos se comienzan a endurecer, yo estoy curtida y mi única compañía soy yo misma, mi seguridad y mi protección.

Acudir junto a los que se revelan ante la injusticia a la que nos están sometiendo es una constante en mis días, los rostros ya no son desconocidos a pesar de que en cada protesta aparece uno nuevo.

No es protestar por protestar, no es que me 'gusten estos líos' como muchas personas me dicen, me siento mujer y hombre en paro, maestra, medica, funcionaria, dependiente, pensionista, desahuciada, estudiante, bombera, minera, emigrante, limpiadora y otros tantos que todos juntos formamos la sociedad española.

No es difícil ponerse en el lugar del otro cuando yo de una manera u otra me he sentido en alguna ocasión beneficiada por ellos, cuando he podido sentir su servicio como profesionales o como personas. No he paseado por los lugares de esta España visitando monumentos, sino que he admirado a sus gentes y a su forma de vivir y de edificar un modelo de Estado del bienestar al que hoy tenemos que defender con uñas y dientes para evitar que nos lo arrebaten porque estarán engañándose quienes piensen que el Estado del Bienestar lo han hecho los políticos, no, no, ha sido cada ciudadano el que ha proporcionado ese modelo de Estado.

También me he sentido antisistema, pero he de reconocer que en los últimos días ese papel ya no lo tengo yo, ese es el papel de los que presumen de estar en el sistema que ellos mismos se están encargando de destruir.

La mancha de aceite se va extendiendo y como dice un gran amigo mío, “nos estamos encargando de escribir nuestra propia historia en contra de la que nos dictan”

Poco equipaje llevo cuando acudo alguna protesta, valor, seguridad y lo más importante dignidad y razón, es importante según cierro la puerta de casa asegurarme de que lo llevo todo, se que en un momento determinado frente a mí aparecerán los “perros de azul” dispuestos a hacerme retroceder y a no dejarme expresar mi indignación con sus armas de castigo, juegan con el miedo que produce verlos armados y protegidos hasta los dientes ante la desnudez de nuestro cuerpo al que más de una vez ya han herido y magullado, no es fácil mantener el tipo frente a los perros, sacan sus dientes y babean junto a nosotros, casi podemos oler su aliento y hasta ahora solo hemos procurado protegernos y no caer,¡ No caigas! Porque entonces ven el bulto y se ensañan con él.

Luego tras la protesta si has tenido suerte y no has sido detenida podrás ver en los informativos como la noticia es manipulada, y en consecuencia como las declaraciones de la señora Cifuentes, esa que habla de “acoso” porque se ve rodeada de manifestantes que le gritan a su propia cara la brutal acción policial a la que nos vemos sometidos, eso no es acoso, el acoso es el aguantar los insultos constante de los antidisturbios, sus exigencia a pedirte que te identifiques cuando ellos no llevan identificación y sobretodo el daño físico que causan, eso si es acoso.

Esa es una asignatura pendiente que tengo, el ponerme en la piel de un antidisturbios, no me es posible, porque se que como los funcionarios también están soportando los recortes de este sinvergüenza de Gobierno. Pero yo me pongo en el lugar de los que luchan por mejorar las condiciones de todos y ellos me pegan por eso. Ellos son los guardianes del opresor no los defensores del orden publico, y sino están de acuerdo con las medidas que sufren es tan fácil como deponer su forma de actuación, no escuchar el constante “cargar, cargar” que se puede escuchar por el pinganillo de alguno, volverse, dar un corte de manga y ponerse junto a los que han de defender del desorden y extorsión, el pueblo y la sociedad. Cuando ese día llegue, yo estaré allí, se me olvidará los golpes sufridos y les tenderé mi mano para caminar junto a ellos, hasta entonces…mantendré la distancia y vigilaré, pero si he de hacerles frente, lo haré como ya lo he hecho en otras ocasiones, sino lo entienden, ya lo entenderán…

Hoy Madrid recibe nuevamente en sus calles la visita siempre alegre aunque indignada de sus gentes, gentes del funcionariado con los bomberos que “Ese si que es un cuerpo” y algunos policías, se camina relajadamente (de momento) es una manifestación muy numerosa de la que no hemos tenido noticias en el informativo de la 1 de TVE, pero no pasa nada porque estamos en otros tiempos, tiempos de Internet, tiempos de Twitter y Facebook y de TV en directo.