Si la revolución industrial supuso la adaptación del hombre al trabajo asalariado en la primera etapa del Capitalismo, la revolución tecnológica supone la adaptación del hombre a las máquinas como falseamiento de la realidad y desaparición de lo humano como modo de vida alternativo para escapar del estado de preocupación y desesperación que impone el sistema de dominación para la supervivencia.
Internet no sólo fue creado para el control y la vigilancia también para aniquilar al individuo y formar grupos de afinidad en base a corrientes de pensamiento y propaganda de manera que la división y el conflicto sean permanentes.
El conspiracionismo y el anarco-sindicalismo beben del marxismo, la división de la sociedad se concentra sólo entre ricos y pobres o burgueses y proletarios. No hay superación entre estas dos clases, ahora sí, no antagónicas y que sirven a una mismo fin, la consecución y perpetuación del poder político encarnado en el Estado.