El viejo refrán podría tener cierto fundamento. Investigadores de la Universidad de Utah han descubierto que aunque la temperatura corporal interna de las mujeres puede ser 0,2° C más alta que la de los hombres, sus manos están 1,55° C más frías: 30,67° C de promedio, frente a los 32,22° C de los hombres.
Los vasos sanguíneos de las extremidades son los primeros en constreñirse cuando baja la temperatura. Todavía no se sabe exactamente por qué se producen estas diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la respuesta al frío, dice Fredrick Wigley, de la Universidad Johns Hopkins, pero podrían tener relación con los niveles hormonales y la masa muscular. Las mujeres también tienen cinco veces más probabilidades de sufrir la enfermedad de Raynaud, caracterizada porque el frío o incluso el estrés pueden causar la vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos. Los dedos de las manos adquieren una coloración blanca, azul o incluso roja en condiciones de frío moderado, como, por ejemplo, al abrir la nevera.
Utilizando una cámara térmica especial, un equipo de National Geographic capta, de forma notable, las diferentes temperaturas corporales de hombres y mujeres en sus manos.