Existen muchas teorías acerca de cuál es el mejor sistema para mantener adecuadamente las tarimas de madera en el exterior. De entrada deberíamos decir que intentar mantener el color original de la madera, tal como era el día en que nos la instalaron, es una batalla perdida. Sin embargo esta no es en absoluto una razón para desestimar la utilización de la madera en el exterior. Todo lo contrario. Para la mayoría de amantes de la madera, una tarima bien cuidada, limpia y alimentada gana con el tiempo, adquiriendo un elegante color gris perla, manteniendo un tacto suave, cálido y libre de astillas.
Algunos recomiendan teñir la madera envejecida con Lasur o con aceite de teka pigmentado pero nosotros lo desestimamos ya que con el tiempo el tinte desaparece irregularmente de la superficie confiriendo a la tarima un aspecto sucio y desaliñado por lo que acabaremos teniendo que lijar toda la tarima.
Nosotros recomendamos realizar dos veces al año, antes y después del verano, el siguiente proceso. Si solo lo hace una vez, debe ser antes de verano.
- Limpiar en profundidad la superficie de la tarima con un equipo de agua a presión tipo Karcher (los hay muy económicos) eliminando la capa de suciedad superficial. Es un trabajo cómodo y ligero.
- Dejar secar la tarima y proceder a un barrido suave para asegurarnos de que no hay ningún elemento extraño en su superficie.
- Aplicar una generosa capa de aceite de teka con una buena brocha o una escoba. No utilicemos trapos o fregonas ya que se enganchan fibras de tejido. Lo adecuado es dar a la tarima todo el aceite que pueda absorber (mejor en dos capas que en una).
- Dejar secar la superficie antes de utilizarla. Unas pocas horas, dependiendo de la exposición, serán suficientes.
Nunca deberíamos realizar las siguientes operaciones:
1. No aplique aceite si la tarima no está perfectamente limpia. Se formará una capa de engrudo muy difícil de eliminar. Tampoco aplique el aceite si la tarima no está completamente seca.
2. No aplique barnices ni otros protectores no solubles al agua. Forman una capa superficial que con el tiempo se cuartea y nos obligaría a lijar.
3. No pisar la tarima hasta que esté completamente seca. Estropearíamos todo el trabajo realizado. Recomendamos no aplicar el aceite en las horas de máxima exposición solar para favorecer la absorción del mismo antes que se seque.
Para nosotros la calidez, estética y comodidad de una tarima de madera no tiene competencia entre los pavimentos de exterior. No pretenda que esta tarima sea como un parquet en el comedor, disfrútela aunque se raye o cambie de color. Con estas sencillas indicaciones, fáciles y cómodas de aplicar, disfrutaremos durante muchos años de una nada despreciable inversión.
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