Revista Ciencia
Si los cortes son frecuentes, la mayoría de las malezas no pueden desarrollarse, pero existen algunas que tienen porte muy bajo y no sólo toleran los cortes, sino que se ven favorecidas con los mismos. En esos casos, puede realizarse un control manual con una pequeña pala o con un cuchillo. También pueden utilizarse herbicidas específicos como los que hay para el control del cebollín (Cyperusrotun-dus), una maleza muy invasora.
Fertilización
Los céspedes deben fertilizarse cada año para devolverle al suelo el nitrógeno, el fósforo, el potasio y demás nutrientes que son extraídos por las plantas. Existe también un lavado del nitrógeno, producido por la lluvia y el riego, que lo arrastran a capas más profundas, lejos del alcance de las raíces.
La cantidad de fertilizantes que se aportan depende de muchos factores, principalmente del clima, la calidad del suelo y el tipo de césped. Se recomiendan tres aplicaciones al año: en el otoño, en la primavera y en el verano. Estas pueden llevarse a cabo a través del agua de riego, usando una regadera, o de forma sólida, como es el caso de la urea, para luego proceder al riego. La fertilización debe hacerse después de un corte. En caso de aplicar en forma manual cualquier tipo de fertilizante, siempre hay que utilizar guantes debido a que algunos productos pueden causar alergias.
¿Qué hacer con los restos de pasto?
No es aconsejable dejar los restos de pasto en el terreno, porque puede conformarse una fuente de malezas que, al mantener humedad en' la superficie, facilita el ataque de hongos. Lo ideal es recogerlo (la mayoría de las cortadoras de pasto tienen sus bolsas colectoras) y hacer compost, o usarlo como mulching poniéndolo en la base de plantas y árboles.
La utilización de césped en superficies pequeñas, como patios y edificios, es todo un desafío. Por un lado, la presencia de paredes altas hace que las horas de sol sean limitadas; por el otro, el suelo sobre el que se desarrollo. Han suele ser muy poco profundo. En estos casos lo ideal es la creación de una carpeta cespitosa a partir de panes, debiendo seleccionar muy bien la especie de acuerdo con la cantidad de horas de sol directo. Si hay al menos 5 o 6 horas por día puede usarse bermuda; si hay menos, lo más adecuado es la grama bahiana. También se puede acudir a la utilización de cubresuelos, como la dichondra o la saleroilia en sitios sombreados, y finalmente, al uso de pasto sintético, si no hay otra alternativa.