Cada vez más preocupados por nuestra salud nos vemos en la disyuntiva de elegir entre mantequilla o margarina sin saber exactamente cual de ellas es la más saludable. El mercado alimentario con productos cada vez más novedosos pero con etiquetados confusos y publicidad engañosa, dirigida a aumentar el margen de ventas y no a informar realmente al consumidor del producto en cuestión, contribuyen a incrementar nuestras dudas. Voy a intentar aclarar las diferencias entre ambas para que a la hora de decantaros por alguna sepáis realmente lo que estáis comprando. La mantequilla es un producto de origen animal ya que procede de la leche -que se pasteuriza, sedimenta y centrifuga en frío- mientras que la margarina es un producto vegetal. Una vez conocido su origen podemos pensar sin lugar a dudas que es mejor la margarina, lo vegetal siempre parece más saludable. No nos podemos dejar engañar, ya que el proceso al que se someten las grasas vegetales -en un principio líquidas- de la margarina para transformarse en la margarina sólida que conocemos, las convierte en grasa muy poco saludable. El proceso al que me refiero se denomina hidrogenacíón que consiste en la introducción de hidrógenos en los aceites para que se solidifiquen. El problema es que debido a la hidrogenación los aceites líquidos que eran grasas insaturadas se transforman en grasas saturadas o grasas trans, es decir, que se comportan en nuestro organismo de la misma manera que las grasas animales, aumentando el colesterol malo de la sangre, LDL y disminuyendo el colesterol bueno HDL.
La mantequilla es una fuente natural importante de vitaminas A, D y E. Contiene calcio, fósforo, potasio, hierro, yodo y magnesio. La margarina no contiene ninguna vitamina salvo en el caso de que se le añadan al elaborarla, de ahí las margarinas enriquecidas con vitaminas. Ambos alimentos son altamente calóricos, 100g de mantequilla nos aportan 750g de calorías, pero la margarina todavía es más calórica, 100g de margarina aportan 900g de calorías. Para que os hagáis una idea, con tan sólo 50g de mantequilla se cubren el 15% de las necesidades calóricas de un adulto. Esto las convierte en alimentos no aconsejados para personas con arterioesclerosis, hipertensas o con exceso de peso. La mejor opción es no abusar de ninguna de las dos y optar por grasas mucho más saludables como el aceite de oliva del cual os hablaré en otra ocasión. No debemos usarlas para cocinar y a la hora de untar nuestras tostadas para el desayuno ¿qué os parece si nos acostumbramos a bañarlas con un chorrito de aceite de oliva al estilo de la inmejorable dieta mediterránea?
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