Esta manzana ha sido todo un descubrimiento para mi, y una suerte ya que es la única que se come entera mi hijo Diego. Aunque es una manzana más cara de lo normal, tengo que decir que vale la pena para comerla entera. Es una manzana francesa de altura, si la pruebas ya sólo quieres esa. Son cultivadas en Limousin, un territorio francés de altura, las manzanas desarrollan un equilibrio idóneo entre la acidez y el azúcar, convirtiéndolas en unas manzanas de degustación.
El suelo, la altitud comprendida entre 350 y 450 metros, las temperaturas aproximadas a menudo al límite de la helada en primavera, así como las diferencias de temperatura entre el día y la noche, facilitan el rosado de la piel de los frutos.
Como siempre la he descubierto en el mercado en el puesto de Juan.