Hoy en día, estamos empezando a imaginar el mundo como un
espacio continuo en el que el movimiento de personas y la información anula las
barreras geográficas y políticas.
El mapa político del mundo representa la extensión de los
territorios, tanto en tierra como en el mar (tierras sumergidas), que están
bajo el control de todas las naciones independientes. El mapa incorpora
las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE/EEZ), que son las zonas marinas cuyos
recursos pertenecen a sus naciones costeras. El derecho internacional define
estas zonas como la mentira dentro de las 200 millas marinas geométricas
compensación de las costas hacia el mar y, cuando estos límites geométricos
resultan ambiguos, a través de tratados internacionales.
A lo largo del desarrollo del viaje por mar y la tecnología
de gráficos, las líneas de costa fueron históricamente asignadas como entidades
lineales que dividen la tierra del agua, se convirtió en una de las primeras características
geográficas que son representados con precisión en los mapas, convirtiéndose
así en un punto de referencia común para la exploración. Sin embargo, el siglo
pasado ha traído un cambio profundo en la manera de entender y medir el mundo.
Hoy en día, nos imaginamos el mundo en mayor medida como un
espacio continuo en el que el movimiento de personas y la información anula las
barreras geográficas y políticas. Por otra parte, los avances tecnológicos
nos han permitido acercarnos a las aguas como un territorio de potencialidades:
para la producción de alimentos silvestres y cultivados, para las extracciones
de minerales, gas natural y los combustibles fósiles, y para el futuro
aprovechamiento de la energía.
He aquí el nuevo
mapa de la división territorial del mundo según las zonas económicas exclusivas
(que también debería ser vista como una división de responsabilidades
ambientales).