Marc-André ter Stegen volvió a ganarse un fin de semana más la admiración y el reconocimiento a su gran inicio de temporada. En el escenario más complicado y ante una de sus bestias negras, según sus propias palabras, fue clave en la victoria del F.C.Barcelona ante el Athletic. Un partido sufrido frente a un aguerrido e incansable rival en el que dejó de nuevo su portería a 0. Tan solo 3 goles encajados en estos 10 primeros partidos, que lo sitúan en lo alto del Trofeo Zamora y le permiten seguir con el honor de ser el portero menos goleado de las grandes Ligas, compartido con Pichu Cuéllar del Leganés.
Corría el minuto 18 de la primera parte, aún con el marcador por estrenar, cuando Aritz Aduriz se plantaba solo ante Ter Stegen. Se escapaba el delantero vasco de la vigilancia de Piqué y Umtiti, habilitado por un descolgado Jordi Alba, para retar en duelo al portero alemán. Los culés se encogían mientras todo San Mamés, sabedor de la poca piedad que tiene Aduriz con los rivales, comenzaba a entonar un gol que nunca llegaría. Respiraba sin presión el delantero vasco con tiempo necesario para decidir con calma dónde colocar el balón, golpeó con su derecha ajustando el tiro, cuando una mano tan milagrosa como imposible dejaba en lamento la gran ocasión.
La colocación, los reflejos y la frialdad alemana son las marcas de identidad sobre las que Ter Stegen ha construido su estilo bajo los palos. Si a eso se le suma un juego con los pies equiparable al de muchos jugadores de campo, da como resultado un portero seguro y fiable, ideal para el estilo que gusta en Can Barça, que da puntos y permite ganar partidos. Sin el estado de forma actual de Marc-André ter Stegen es imposible explicar este Barça líder invicto de Primera, a 4 puntos del Valencia, y a 8 del Real Madrid.
Atrás quedaron esos años de aprendizaje, primero a la sombra de Claudio Bravo y luego examinado con lupa antes y después de cada actuación. Purgó los errores propios de un portero joven y las críticas injustas y oportunistas han dado paso a elogios y alabanzas totalmente merecidos. Cumple con todo lo que supone ser un portero del F.C.Barcelona: la concentración para seguir en el partido a pesar de las pocas oportunidades en las que intervendrá en el juego, y el esfuerzo y la profesionalidad que requiere tener asegurado su puesto en la portería sin que ello repercuta en su rendimiento.
Una hornada de porteros jóvenes reclaman el reconocimiento que hasta ahora se llevaban los Buffon, Neuer o Cech. Jan Oblak, Thibaut Courtois, David de Gea... están en la edad ideal para marcar un época en sus respectivos clubs y selecciones. El cambio generacional está a punto y Marc-André ter Stegen lo lidera.
F.C.BarcelonaMarc-André ter StegenTrofeo Zamora