¿Y si el libro de Marco Polo debiera su aparición a un renovado interés por la Cruzada, a la posibilidad de establecer contacto con la retaguardia del Islam y la obtención así de la supremacía del Occidente latino sobre otras comunidades imaginadas, pero debiera su fama y extraordinaria difusión precisamente a su capacidad de cuestionar los fundamentos de dicha aspiración? Esta aparente paradoja viene analizada en la presente obra con la ayuda de otros textos contemporáneos de viajes al Lejano Oriente que describen un movimiento similar entre la aquiescencia con formas tradicionales de poder y la resistencia a esas mismas fuerzas en tanto percibidas como contingentes y mudables. La trasgresión de antiguas convenciones sociales y literarias, así como la capacidad de estimular en el lector un ejercicio introspectivo equivalente fue uno de los pilares de la extraordinaria fama conseguida por libros como el de Marco Polo. Pero lo que hace de este fenómeno literario algo realmente significativo es precisamente su íntima relación con los deseos del papa romano y los principales reyes latinos de ampliar y proyectar su domino sobre el mundo entero. Significativo porque tiene la facultad de mostrar como la unilateral expansión hacia fuera de Europa fue acompañada desde su origen por esta otra energía implosiva y reversible que amplió enormemente el área de exposición a iniciativas marginales e influencias extranjeras, mucho más esquivas y difíciles de detectar pero igualmente decisivas en la constitución del mundo actual, moderno y globalizado.
El libro está disponible en la pagina del editor. De la presentación del libro en la Popular de Albacete 13 de Mayo 2009 han salido publicadas en la prensa local dos curiosas entrevistas en las que hay más del periodista que del entrevistado en La Tribuna de Albacete y La Verdad
"En torno al Mil Trescientos la difícil tarea de describir las Indias fue plenamente asumida por Marco Polo, Juan de Montecorvino, Jordano Catalán, Odorico de Pordenone, Juan de Marignolli y quien sabe si algún otro emigrante latino que a su regreso a Europa quisiera y pudiera hacer de su experiencia vital algo significativo para una reducida elite que por aquel entonces comenzaba a mostrar cierto interés por la mudable realidad fenomenológica del inmenso espacio vital que se extendía desde la retaguardia del Sultán egipcio hasta los confines de la Tierra. Si dicho individuo hubiera existido, si además hubiera sabido escribir y si tal texto hubiera sido capaz de trasmitir un tipo de conceptualización de la realidad que no era nada habitual en su tiempo, ahora habría que lamentarse de que tal cúmulo de excepciones hubieran acabado siendo devoradas por el tiempo. Los que afortunadamente han sobrevivido cumplieron como pudieron con todos estos requisitos y lo cierto es que habrían de pasar muchos años para que se volvieran a dar las condiciones que permitieran la aparición de nuevos textos de esta índole" (337-338)
San Sagamoni