No sé si pediros disculpas porque, últimamente, solo reseño álbumes ilustrados. El caso es que no es eso lo que quiero, quiero que el blog tenga de todo, pero, es cierto que llegan a mis manos cada vez más ejemplares de este tipo y no quiero dejar de enseñároslos. Ya estoy resolviendo eso y haciendo listas más variadas pero también me he dado cuenta de que, eso que a Matilda tanto le gustaría, que todos los libros tuvieran dibujos, cada vez es más común y los álbumes ilustrados no son siempre cuentos cortos, sino que, muchas veces, son adaptaciones de libros más extensos, con temáticas cada vez más diversas y que abarcan más edades. Eso me gusta y creo que es algo que debemos valorar.
Hoy os quiero enseñar un libro que aún no descansa en mi librería pero estoy segura de que lo hará porque me parece una preciosidad. De momento, se lo encargué a los Reyes Magos para la Madrina, la hermana de mi abuela, porque fue ella la que nos enseñó a los niños de la casa, esta poesía. Esta y la sonatina de La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa...
No soy muy aficionada a la poesía, siempre lo reconozco con cierta vergüenza, pero, por suerte, la estudié, la leo de vez en cuando y conozco a los buenos poetas. Rubén Dario sin duda lo fue.
Margarita, está linda la mar,y el vientolleva esencia sutil de azahar;yo sientoen el alma una alondra cantar;tu acento.Margarita, te voy a contarun cuento.
Así empieza el poema y, claro, el libro. A mí me encanta eso de Magarita, te voy a contar un cuento, ¿no es un ofrecimiento precioso?
No sé que os voy a contar de él que no sepáis, todos lo hemos escuchado alguna vez, siendo o no conscientes de ello y creo que estaremos de acuerdo en que, nos guste más o menos, o nos parezca más o menos cursi, es una composición de palabras impecable, llena de musicalidad, evocadora y, para mi gusto, muy tierna.
La historia de Margarita, una princesa que se encapricha de una estrella y sube a buscarla al cielo sin permiso, es simpática, incluso cuando su papá le riñe, yo me la imagino a la pobre intentando esconderla para no tener que volver a ponerla en su sitio. Creo que la solemnidad de la poesía no consigue quitarle la frescura de lo que nos cuenta y está tan bien construida que nos da ganas de recitarla como si cantáramos.
Si a esto le sumamos unas ilustraciones maravillosas, llenas de colores, muy vivas y una Margarita con los ojos muy grandes, el resultado es un libro muy bonito y, bajo mi punto de vista, muy adecuado para leer con los más pequeños. Sabemos que a los niños les gusta que les leamos cuentos con rimas y repeticiones y en este caso, el poema se presta. No todas las poesías son para niños, claro, esta, no tiene edad. El otro día mi prima me contaba que Telmo, mi sobrinillo de un año, se quedaba encantado cuando se la leía y que aguantaba callado y escuchando hasta el final. Aún no entiende la historia, pero le gusta oírla.
Ya veis, yo estoy totalmente enamorada de este álbum ilustrado, me parece una apuesta valiente pero muy trabajada de una editorial, Sleepyslaps, que aún es pequeña, pero que publica sus libros con muchísimo mimo y calidad.
Seguramente muchas ya lo conocíais, a los que no, espero que os haya gustado mi cuento de hoy.
Un abrazo a todos y nos leemos.