Pocos festivales asumen y exhiben una filosofía determinada. Márgenes lo hace desde su creación y cada año afirman aún más sus principios. El festival, dedicado a las películas que apuesten por un compromiso formal y ético con el cine y la sociedad, ha elegido entre unas 150 candidatas, una sección oficial de 12 perlas, de lo mejorcito del genuino cine de autor actual.
Es fantástico poder seguir a un cineasta desde sus inicios y si en su primera edición de Márgenes, Lois Patiño presentaba Rayito, este año su Costa da Morte se premiaba en el Festival de Locarno. O María Cañas (la Chris Marker española mejor dotada para las imágenes) ganando la segunda edición y, meses después, el excelente Festival de Cine Europeo de Sevilla dedicándole una retrospectiva. Sumérgete en los Márgenes sin prejuicios y disfruta del festival, gratis, hasta el último día de 2013.
Es muy complicado y frustrante reducir a unas breves reseñas el conjunto de las propuestas presentadas, tan variadas y personales cada una de ellas, pero hay tres títulos de la sección oficial que se reivindican más directamente comprometidas. Estas películas han acaparado dos de los tres premios oficiales y, asimismo, aportado inmejorables momentos al festival. Ya lo dice el refrán: sin compromiso no hay paraíso.
Ramiro Ledo presenta la propuesta más compleja, intelectual y radical del certamen: Vida Extra. A partir de una situación real (la huelga general del 29 de septiembre de 2010), el cineasta acompaña a un grupo de activistas desde el espacio público y sus discursos oficiales (la ocupación de un banco) hasta al ámbito personal con el análisis privado de lo sucedido (el apartamento de uno de ellos), mediante un tratamiento muy especial de las imágenes, la luz y el sonido. Una película que cautivara a unos y molestará a otros, pero merecidamente ha conquistado una Mención Honorífica del Jurado.
Cuando vi Corta pensé de inmediato en 12 años de esclavitud. Afortunadamente, las circunstancias han hecho coincidir a las dos películas en el calendario. El colombiano Felipe Guerrero puede que sea uno de los mejores cineastas actuales para encuadrar un plano. Posee un sentido impecable del espacio, del ritmo, de la distancia y del tiempo.
Este documental sensorial (preferible a experimental, que suena a recreación de laboratorio, y no a una realidad tan cruda como la presentada) logró que, en poco más de una hora, sintiese el dolor en las manos de cortar la caña de azúcar, las molestias en la espalda por recogerla y el sudor en la frente dado un calor pegajoso y tropical. Aunque a primera vista no lo parezca, Corta es un extraordinario documental político, y una maravillosa ficción sobre la dignidad del trabajo. Mención Especial del Jurado.

Un repaso a algunos de sus protagonistas (todos y cada uno de nosotros lo es), una revisión de sus temas (la militarización de la economía y el trabajo, el empobrecimiento de la sociedad española, en particular, y europea, en general, la crisis como negocio, la acampada como alternativa a las manifestaciones estandarizadas, la gran estafa económica y democrática…) y un cineasta, Carlos Serrano Azcona, atento al mínimo detalle, cámara al hombro, dispuesto a escuchar a cualquiera y a fijar en la memoria lo que fue este impresionante y pacífico estallido social.

Me gustaba imaginarme a los miembros del festival Márgenes convertidos en un Equipo A del cine de autor. Siempre en busca de películas que busquen la verdad, o que al menos, intenten ser sinceras. La llegada de Gonzalo de Pedro, hombre de un exquisito gusto cinéfilo, como director artístico del certamen, me ha ayudado a cambiar de imagen.

