Le apasionan hasta tal punto “los números” que incluso, según confiesa una de sus amigas, tiene predilección por una determinada marca de bombones que incluye ecuaciones en su envoltorio.
María Josefa Wonenburger Planells (Montrove, Oleiros, A Coruña, 1927) asegura que desconoce si su vida ha sido atípica pero que en cualquier caso es la que ella ha querido vivir. Esta mujer, para la que su mayor orgullo son sus alumnos, tenía claro a los cuatro años que quería ser matemática.
Cuando María Wonenburger inició su carrera (obtuvo en 1950 el título de Licenciada en Matemáticas por la Universidad Central de Madrid) las mujeres científicas eran “una rareza”. Esta circunstancia no fue obstáculo para que se le concediese la primera beca Fullbright de Matemáticas otorgada por la Comisión de Intercambio Cultural, Educativo y Científico entre España y los Estados Unidos. Luego vendría su fructífero periplo por universidades americanas y canadienses hasta que en el año 1983 regresó para cuidar a su madre enferma.
Coincidiendo con el año del centenario de la Real Orden que permitió a las mujeres españolas matricularse en la universidad, María Wonenburger, fue investida el pasado día veinte de septiembre, Doctora Honoris Causa por la Universidade de A Coruña durante la apertura del curso universitario. Un acto académico que contó por primera vez con una mujer para impartir la lección inaugural, Ana Dorotea Tarrío Tobar, vicerrectora de Organización Académica de la UDC.
Ana Dorotea Tarrío Tobar es la autora, junto a María José Souto Salorio, de “María Josefa Wonenburger Planells. Mujer y matemática”, artículo publicado en La Gaceta de la RSME (Real Sociedad Matemática Española, organismo del que la insigne matemática es socia de honor) y gracias al cual la figura de la algebrista coruñesa se hizo más cercana. En el artículo además de una extensa documentación técnica es posible realizar un recorrido, ameno y completo, por la biografía de la profesora Wonenburger: “Los primeros años de la vida de María Wonenburger Planells transcurren con algunas importantes diferencias con respecto a las muchachas de su edad. Entre otras cabe mencionar que, a pesar de ser mujer en una época donde su condición femenina podría ser un obstáculo para realizar estudios universitarios, María Wonenburger siempre recibió el apoyo de su familia para llevar a cabo sus deseos… Desde pequeña María percibió la inclinación de sus padres a que estudiase una ingeniería para poder así perpetuar el negocio paterno. Sin embargo, desde sus primeros recuerdos, María sabía que quería dedicarse a las Matemáticas y este deseo fue respetado y apoyado en el seno familiar pensando que al finalizar estos estudios completaría su formación con unos estudios de Ingeniería Industrial, como era el sueño de su padre. Hay que destacar que cuando María Wonenburger ya estaba en la Universidad realizando sus estudios de Matemáticas, no tenía claro que siendo mujer y en la época en la que se encontraba pudiese llegar a ser una docente o investigadora universitaria.”
Lo cierto es que María Wonenburger, que ya en su entorno familiar era denominada “la sabia”, llegó a ser docente e investigadora universitaria. Está considerada como “la madre” de la teoría de Kac-Moody (en colaboración con su principal alumno R. Moody es la autora de las álgebras de Kac-Moody, utilizadas desde la década de los setenta hasta la actualidad en aplicaciones físicas y matemáticas) y cuenta con más de una veintena de artículos publicados en diversas revistas científicas de reconocido prestigio internacional además de haber dirigido ocho tesis doctorales.
La algebrista y matemática se vio obligada a continuar su carrera fuera de España porque en su propio país no se reconocía el doctorado que había cursado en la Universidad de Yale. Una negativa que podría estar relacionada, según el economista Xabier Pita Wonenburger, con las escasas simpatías de la familia Wonenburger por el régimen de la época (Julio, el padre de María y Juan, su tío, habían mantenido “relaciones políticas y de amistad” con Casares Quiroga).
Una mujer luchadora y entrañable
María Wonenburger pertenece a una estirpe de mujeres fuertes y luchadoras. El perfil que de ella dibuja su sobrino, el economista Xabier Pita Wonenburger, en la conversación que mantuvimos sobre esta insigne científica, es el de una mujer muy inteligente y con una gran capacidad matemática, una auténtica “enciclopedia viviente”, una pionera que supo abrirse camino en una época difícil y en un mundo, el científico, vedado a las mujeres de su generación; pero también describe a una mujer cercana y dulce, cariñosa, entrañable, humilde y discreta, visión que comparten quienes la conocen, una profesora capaz de hacer fácil lo difícil y que siempre consideró a sus alumnos como parte de su familia.
Habla Xabier de una mujer que, a sus 87 años, pasea con sus amigas por el Paseo Marítimo de A Coruña para posteriormente reponer fuerzas en una de las chocolaterías con más solera de una ciudad en la que la fundición de los Wonenburger, (Julio, su padre era ingeniero) dejó su huella en edificios tan emblemáticos como el Kiosco Alfonso, el Edificio de la Terraza y la verja modernista del Puerto entre otros.
Desde la política y la docencia
El punto de vista de dos mujeres que se mueven en ámbitos tan dispares como son la política y la docencia constata la relevancia de la figura de María Wonenburger:
Mar Barcón (Licenciada en Medicina y Cirugía, concejala en el Ayuntamiento de A Coruña, viceportavoz del Grupo Parlamentario Socialista) y Carmen Delia García-Fuentes (autora de La formación en las organizaciones a través del autoconocimiento y la orientación, vicepresidenta de la Asociación Española de Orientación y Psicopedagogía, doctora en Psicopedagogogía y profesora titular de la Universidade da Coruña, Área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación), coinciden en su alta valoración del nombramiento de María Wonenburger como Doctora Honoris Causa de la UDC.
Para Mar Barcón: “La valoración no puede ser más que positiva, por lo que supone de reconocimiento de una mujer científica que, además, se dedicó a una disciplina como la matemática cuando esto era excepcional en una mujer. Además coincidió con la primera lección inaugural leída por una Profesora, en los veinte años de vida de la UDC, lo cual no dejaba de ser, también, un hecho para celebrar”. Valoración positiva que comparte Carmen Delia García-Fuentes: “Considero que es un reconocimiento muy merecido a una ilustre coruñesa cuya trayectoria científica lo justifica sobradamente. En síntesis una mujer límite superior en ámbito académico. En el ámbito personal, de su biografía se deduce que sabe aplicar su inteligencia con método, tenacidad, laboriosidad, altruismo, dedicación a la familia, en fin una forjadora de valores”.
Habla también la viceportavoz del PSdeG de los significativos avances que se han producido en los últimos años: “Es obvio que las últimas décadas han sido las de la igualdad en España. Tanto en lo que se refiere a modificaciones legales, como la Ley de Igualdad, las reformas del Código Civil, la Ley integral contra la violencia de género... Asimismo las decisiones políticas han permitido avanzar en cuanto a la visibilización del trabajo femenino, de la mujer en puestos de responsabilidad y de las políticas de género como una prioridad en la agenda política”.
Destaca Carmen Delia García-Fuentes la importancia de las actuaciones conjuntas en materia de igualdad: “Las Conferencias Mundiales sobre la mujer con muchos aciertos y algún desacierto han contribuido a este avance. Todo el marco institucional mundial y europeo es necesario aunque se ve eficazmente incrementado por el trabajo de Fundaciones, ONGs e iniciativas personales de carácter laico o cristiano, que pretenden hacer crecer al ser humano como persona con sus actuaciones”
Reconoce Barcón que persisten las diferencias significativas en la actitud entre políticas (mujeres) y políticos (varones) y que aunque la tendencia es no seguir los estereotipos clásicos de “lo femenino” y “lo masculino” no es oro todo lo que reluce:
“Es normal y creo que hasta saludable que haya diferencias entre las formas de hacer política entre mujeres y hombres. Yo nunca he creído que participar en política o asumir responsabilidades públicas tuviera que significar adoptar un perfil masculino ni comportamientos o formas manidas de ejercer la política. Pero falta mucho por cambiar.
Las mujeres todavía no son juzgadas con los mismos parámetros que los hombres; sus errores son juzgados con más dureza y ellas son "recambiadas" más a menudo. Es mucho más común una carrera longeva en el caso de un hombre que en el de una mujer. Y qué decir de los horarios de reuniones políticas, tan alejadas de la posibilidad de conciliar con las responsabilidades familiares o incluso de la percepción distinta cuando una mujer accede a un cargo (alguien recuerda que a Pepe Blanco le hayan preguntado alguna vez cómo concilia sus responsabilidades políticas con el cuidado de sus dos hijos pequeños?.. a las Ministras con hijos es lo primero que se les plantea)” Los cambios han sido muchos y notables, pero queda todavía mucho para avanzar en el ámbito de la igualdad real. Tenemos, por cierto, una ocasión magnífica de hacerlo en las medidas que se tomen para ayudar a salir de la crisis económica que precisan líneas innovadoras y, desde luego, aprovechar el talento del conjunto de la sociedad.
Puntualiza Carmen Delia García-Fuentes que en el ámbito de la educación “Es preciso que existan estas diferencias individuales, se supone que cada profesor pone lo mejor de sí mismo en el acto docente y educativo” y que como consecuencia de los cambios producidos en el criterio pedagógico en estos últimos años “El principio de igualdad de oportunidades se ve guiado por la aspiración a una educación integral. En la última década está generalizada la llamada coeducación en la etapa evolutiva 6-18. La importancia de las investigaciones de Blanchard (2003), Brizedine, (2007) y (2010) y Sax Leonard (2010) entre muchos otros, fundamentan esa educación integral y amplían hasta la educación diferenciada como signo de la pluralidad de los tiempos”
Los reconocimientos tardíos
María Wonenburger es una matemática y algebrista cuyos logros son reconocidos desde hace décadas por la comunidad científica internacional pero que no gozaba del mismo reconocimiento en su país (era habitual que los algebristas gallegos citasen su nombre sin saber su lugar de origen). En un Congreso Mundial de Matemáticas celebrado en Santiago en la década de los 90 al que acudieron afamados algebristas de diferentes países ella no estuvo presente. Los asistentes, que no daban crédito a su ausencia, se preguntaban por qué una científica de su categoría y con la misma nacionalidad que los anfitriones no había acudido a aquel congreso, la respuesta era sencilla: nadie la había invitado.
A partir de ese momento las miradas se volvieron hacia ella y empezaron, aunque tímidamente, los honores públicos.