Pues voy a acabar dando razón a todos los que no se cansan de recomendar el estupendo primer disco de la banda Ablebody: el proyecto que desarrollan Christoph Hochheim (The Pains Of Being Pure At Heart) y su hermano gemelo Anton se aparta de los(últimamente) trilladísimos senderos del sonido C-86 y se adentra en los más difíciles, pero gratos, vericuetos del soft-pop tardo-setentero y el primer indie-pop de los ochenta, con notables resultados. “Adult Contemporaries” (así es como se llama el disco de debut del grupo) suena sofisticado y nostálgico, pero a su propia manera, exquisito pero no almibarado, indiscutiblemente pop pero nunca evidente.
Una de las canciones que más me arrebatado me tiene es precisamente la que abre el disco y presenta el sonido de la banda: teclados rarunos pero de indiscutible personalidad, punteos de guitarra de esos que no molestan porque están donde tienen que estar, melodías irresistibles. El pulso se acelera al llegar el estribillo de esa primera “Backseat Heart”: puro McAloon. Uno no diría que el sonido de Ablebody sigue exactamente la estela de Prefab Sprout, pero en este tema los coros resultan terriblemente evocadores del romanticismo adolescente de los de Durham, (y otro tanto cabría decir de las cremosas “Say What You Will” y “One Dime A Day“).
Lo mejor es que no es la única canción que engancha: “After Hours“, la canción con la que el grupo dio el pistoletazo de salida a su producción, es un indiscutible tratado de buen pop pese a una producción menos pulida, “Gaucho” enseña las uñas sin perder estilazo (a ver lo que tarda ese sonido de las guitarras en convertirse en referencia para un montón de seguidores), “Powder Blue” saca a relucir la vena más jangly del grupo al tiempo que guiña un ojo a Mozz, y con su versión de “The Sun, A Small Star” (de The Servants) lucen pedigree. Pero la segunda mitad del álbum, más reposada, aún nos reserva gratos placeres: la fabulosa “Marianne” reúne la efectividad y la melancolía de un primer plano de Molly Ringwald contemplando la lluvia -filmado, como no, por John Hughes, y en “Send Me A Letter” se dejan acompañar por ese crooner deliciosamente desfasado (Dios los cría y ellos se juntan) llamado Sean Nicholas Savage.
Retro a más no poder, pero mucho más allá del mero ejercicio de estilo, el suave terciopelo de “Adult Contemporaries” se está mostrando como el acompañamiento ideal para estas tardes en las que oscurece pronto y las temperaturas invitan a ovillarse en el sillón de casa y dejar que la cabeza se enrede en pensamientos sobre aquello, sobre lo otro, sobre las cosas…
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2016, Ablebody, Adult Contemporaries, Indie Pop, Lolipop Records, Prefab Sprout, Soft PopEnlace permanenteDeja un comentario