Revista Arte

Mariano Benlliure

Por Lparmino @lparmino

Mariano Benlliure

Monumento funerario al torero Joselito "el Gallo", 1922 - 1925
Cementerio de San Fernando, Sevilla
Fotografía: Anual - Fuente


Entre los diversos fastos y acontecimientos culturales, un tanto desleídos a causa de la dichosa crisis financiera, uno transcurre con cierta atonía y lejos de la mirada pública. Se han sucedido las iniciativas que han tratado de ser más o menos atractivas, pero no se ha llegado al éxito de público y a la expectación que en otros momentos podían causar determinadas citas culturales. Algo similar ocurre con mucha de la estatuaria pública que podemos encontrar en nuestras ciudades. Acostumbrados a la atenta mirada de esas altaneras estatuas de personajes ilustres que tratan de glorificar pasados no tan gloriosos suele pasar desapercibida a nuestra atención una manifestación artística que muchas veces, por ser excesivamente pública, no solemos valorar. Quizás, somos como somos, estamos esperando a que la voz autorizada y experta nos haga dirigir la mirada para tratar de observarlas un poco más de cerca para comprender todo lo que nos estaban diciendo y todavía nos dicen. En el año 2012 se celebra el 150 aniversario del nacimiento de Mariano Benlliure.


Mariano Benlliure

Monumento al Cabo Noval, 1910 - 1912, en Madrid
Fotografía: Tamorlan - Fuente

Mariano Benlliure es uno de esos artistas cuyo pecado pudo haber sido tener éxito en vida. Al no disponer de aura de misticismo romántico que suele arropar al artista maldito, muerto en la pobreza y en la incomprensión de público y crítica, Benlliure pudo haber sufrido la falta de aprecio de una modernidad mal entendida. Algo similar a lo que ocurrió a Joaquín Sorolla, figura pictórica que ha sido recuperada recientemente tras largos años de ostracismo. Y es que, ante todo, Benlliure triunfó en su arte. Al igual que por los pinceles de Sorolla pasaron casi todos los personajes de relevancia de su época, algo similar ocurrió a Benlliure, quien llevó a la tridimensionalidad de la escultura a muchos de los personajes de relevancia de la sociedad que le tocó vivir. Por cierto, muchos de ellos fueron retratados en lienzo por Sorolla y luego sirvieron de modelo escultórico a Benlliure. Y, en cierto modo, se puede decir que Benlliure fue a la escultura lo que Sorolla a la pintura.

Mariano Benlliure nació en Valencia en 1862. Y especifico el nombre porque Mariano se crió en el seno de una familia de artistas. Su padre era al igual que sus hermanos pintores de cierto renombre. Aunque tuvo formación en materia pictórica desde pequeño mantuvo una estrecha afición a la escultura, materia en la que se podía decir autodidacta. De hecho, en 1876 llegó a participar en la Exposición Nacionalde Bellas Artes. Esta afición por la materia escultórica se acrecentaría en el escenario más adecuado, en Roma, donde pudo aprender de uno de sus principales y más admirados maestros: Miguel Ángel. Y en la escultura Mariano Benlliure desarrollará su maestría rivalizando en una genialidad que le llevó a trabajar todas las materias y todas las técnicas para abordar todas las temáticas posibles, desde los retratos más grandilocuentes de monarcas y espadones de la España del primer tercio de siglo a lo más castizo y popular sin olvidar la ternura y delicadeza de la infancia femenina.

Mariano Benlliure

Monumento a Goya, 1902, en Madrid
Fotografía: Juan J. Martínez - Fuente

Su escultura se caracteriza por el asombro por el más mínimo detalle. Una minuciosidad que hace de cada obra un profundo relato donde se escribe todo el acontecimiento que se pretende ensalzar, donde cada personaje retratado deja hasta el más mínimo rastro de su biografía en cada uno de los golpes del cincel o en cada una de las huellas que modelan la materia. Cadaescultura convierte en tridimensional la realidad documental con un verismo y una exactitud grandiosa que, sin embargo, no oculta la capacidad artística de Mariano Benlliure. El periodista Francisco Pérez Puche escribía en su blog hace relativamente poco, el 3 de mayo de 2012, un post que tomando como referencia una fotografía de Benlliure trabajando, analizaba su forma de proceder ante la obra, retratando de una manera gráfica y muy ilustrativa la capacidad artística de Mariano con ese nerviosismo y esa agilidad que “a fin de cuentas transmite vida y personalidad”.
La nómina de obras, sólo de escultura pública, que Mariano Benlliure ha dejado en España es prácticamente inabarcable. En Madrid, en Valencia, Bilbao, Barcelona, Zaragoza, Córdoba y un largo etcétera de obras que, seguramente, muchas veces pasan desapercibidas para los caminantes acostumbrados a la familiaridad del personaje esculpido presente en su calle o su plaza. A ellas habría que sumar sus intervenciones en otros puntos como en Sudamérica, en Estados Unidos o en Francia. En la actualidad, exposiciones y la programación de diversas rutas, por ejemplo en Madrid y Valencia, recuerdan la ingente obra de un maestro que durante mucho tiempo ha sido apartado y obviado en ese constante deseo de intentar agradar a una crítica demasiado acostumbrada a no querer ver lo más próximo.
Luis Pérez Armiño
Bibliografía
  • (1996): Mariano Benlliure. Ayuntamiento de Valencia. Valencia. Catálogo de la exposición celebrada en el Almudín, Sala Municipal de Exposiciones
  • (2000): Mariano Benlliure y Joaquín Sorolla: centenario de un homenaje. Generalitat Valenciana. Valencia. Exposición celebrada en el Museo del siglo XIX. Centro del Carmen
  • Montoliu, V (1996): Mariano Benlliure. Generalitat Valenciana. Valencia


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