Revista Economía

Mariano Lacasa, una visión de largo alcance

Publicado el 17 octubre 2014 por Emarblanc
Lacasa
¿Es posible innovar en un un sector tan tradicional como el del dulce? Mariano Lacasa ha demostrado que sí. Pero todos sus pasos son vigilados de cerca por la competencia.
Suele decir que su vocación la lleva en la sangre y que ha mamado la empresa desde niño. No podía ser distinto: de pequeño, Mariano Lacasa solía jugar entre sacos de cacao y azúcar, cuando Chocolates Lacasa era una pequeña empresa situada en los bajos de su casa y el contacto con el dulce era inevitable.
Además, las circunstancias familiares obligaron a su madre a tomar las riendas del negocio al enviudar muy joven, lo que propició aún más la dedicación de sus hijos al negocio.
Hace poco Chocolates Lacasa cumplío 150 años con envidiable salud, desafiando aquel funesto principio que otorga al negocio familiar no más de tres generaciones de vida.
Defensor a ultranza de la empresa familiar, a la que define como “más humana y menos aséptica”, considera que ha sido vital para la compañía la decisión de profesionalizar la gestión y ceder la dirección general a alguien ajeno al clan.
“Al igual que hay que adaptarse al mercado, debes adaptarte a las circunstancias familiares. Cuando decidimos profesionalizarla, los dos hermanos que habíamos sido directores generales, José Carlos y yo, sobrepasábamos ya los 50 años y nuestros hijos estaban entre los 15 y los 30. Si sigues llevando la gestión de la empresa, es muy difícil que las siguientes generaciones accedan de forma objetiva”.
Cada día, Mariano comienza su jornada poco después de las 8 y finaliza hacia las 9 y media de la noche. Procura comer en casa todos los días. Se define como muy familiar. Afirma que no poder pasar un rato con los suyos cada mediodía supondría una irreparable pérdida de calidad de vida. Y confiesa que no perdona sus 20 minutos de siesta para recargar pilas.

Tradición

Algunos de sus competidores han visto con recelo las novedades introducidas en este producto por Lacasa como el lanzamiento de sabores nuevos y más populares. Mariano se muestra rotundo: “Es una crítica de alguien que no ha sabido evolucionar a lo largo de los años. En cuanto a tradición, ¿qué es más tradicional: la nuez, la avellana, la leche, la almendra, el piñón, el cacao...? Y, con respecto al supuesto carácter artesanal de este producto, no me equivoco si digo que hoy más del 99% de los turrones son industriales, no artesanos”.
Espíritu innovador. Y es que Mariano considera que, sin innovación, el fracaso estaría asegurado. “Ser líderes en turrón de chocolate con un 22% de cuota de mercado nos lleva a innovar constantemente. El primer innovador fue mi padre, que en 1943 lanzó el primer turrón de chocolate con almendras. Desde entonces, hemos seguido su ejemplo siendo muy activos en lanzamientos porque es nuestra forma de crecer y porque, si no, entraríamos en regresión. En nuestro sector, el I+D es fundamental”. Debido a esa inquietud, ha dirigido durante años ese departamento. “Gestionar este equipo conlleva aplicar métodos y rigor en el trabajo, y respetar la autonomía y la creatividad. Si consigues unir todo y que no explote, el resultado será exitoso”.

El revolucionario del dulce. 

Gracias a esa receta, han hecho realidad lanzamientos como el de los Lacasitos, un producto que marcó un antes y un después en la compañía. Corría 1982 y el chocolate se consumía en España en onzas con pan. “Creamos un nuevo concepto, revolucionando el modo de consumo del producto y dándole un carácter más lúdico. Fue una apuesta innovadora, ya que suponía dar un paso más y pasar de alimento a divertimento. Además realizamos un esfuerzo tecnológico en la fabricación que mereció la pena sin duda alguna. Su lanzamiento nos ayudó a desarrollar el canal de impulso. Supimos detectar que había un hueco de mercado para un tipo de chocolate más lúdico, dirigido al niño. Otros han copiado esta idea”.

Anticipación. 

En su opinión, el éxito fue posible gracias a una evidente capacidad de anticipación, otro aspecto que ha inculcado en la empresa. “Los equipos de marketing y comercial deben ser capaces de captar las necesidades del mercado. Además, tienes que disponer de un área de I+D suficientemente competente como para responder a esas necesidades. De nada sirve saber que necesitas lanzar un caramelo con sabor a tomate si no eres capaz de producirlo”.
En el funcionamiento de su equipo, Mariano trata de fomentar la creatividad, un valor que debe distinguir al producto y al envase. “En los años setenta, el turrón se envasaba a mano en celofán. Fuimos los primeros en hacerlo sellado a máquina, dentro de un estuche de cartón y envuelto en celofán después. Son mejoras que han sido imitadas por el sector”.

Formar y delegar

Reconoce que siempre le ha gustado formar equipos para delegar funciones. Y pone de ejemplo el área de I+D. “La dirección general de la empresa es otro ejemplo. La transmisión de funciones al nuevo director general se ha hecho sin que haya habido crujidos”.
Para dirigir un equipo motivado, cree fundamental conocer al detalle los distintos puestos de la compañía. “Cuando José Carlos y yo entramos hacíamos de todo, desde mover sacos a envolver productos. Siempre me ha gustado conocer a fondo las distintas áreas”.

Amante de la competición. 

Reconoce que es placentero competir y que ha llevado esta afición a diversas facetas de su vida. No en vano, Mariano fue piloto de rallies, alternándola durante años con la gestión de su empresa. “De 1976 a 1985, los fines de semana los dedicaba a las carreras”. Llegó a participar en el Campeonato de España de Rallies y a tomar parte en varias carreras por los desiertos africanos. “Siempre me ha motivado competir. He tenido por objetivo que seamos los mejores en el sector del turrón y el chocolate”.

Ideas muy personales 


“El hecho de que una persona sea de la familia no significa que vaya a saber gestionar el negocio” 

“Siempre me ha motivado la competición, no sólo en el deporte, sino también en mi vida empresarial.
He tenido por objetivo que seamos los mejores en el sector del turrón y el chocolate”

“No perdono mis 20 minutos diarios de siesta, un invento español fundamental para recargar las pilas”. 
Os dejamos este vídeo sobre la fabricación de los famosos Lacasitos.


Y si queréis ver más vídeos de esta dulce compañía, podéis entrar en su canal de Youtube.

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