Aterra pensar que este energúmeno que madruga para mentir pueda llegar a ser presidente del gobierno. Le cogió el gusto a mentir de forma compulsiva cuando bautizó al chapapote como “hilillos de plastilina”, y lo practicó sin descaro aquel 11M en el que tenía la “certeza moral” de que si decía que el atentado lo había cometido ETA ganaba las elecciones.
Para desgracia de este facineroso existen las hemerotecas y videotecas que demuestran que es un patético mentiroso. Vídeo: La negociación del PP con ETA en 1998 y sus cesiones gratis a la banda