Las esculturas de Marina Dogliotti definen una fuerza matérica concentrada. Por sobre la síntesis rectora, la monumentalidad del bloque cerrado. Por sobre la estilización, el despliegue de los planos que confluyen. Por sobre el volumen, siempre el perfil simbólico cierto. Sin buscar autoctonismos, América está de pie en sus propuestas. Manos que son ramas; cuerpos que florecen; mujeres/ maternidades que conforman la potencialidad de un continente. América viva como una fuerza contenedora y plural. En bronces y cementos trabajados desde adentro, desde la médula. Como una trenza de pasiones, en que los vínculos se generan milenariamente y desbordan en la pureza de sus propias tradiciones.
Video de la artista en su taller: