Revista En Femenino

Marina Tsvietáieva

Por Susana Peiró @MujeresHistoria
Marina Tsvietáieva 1892-1941 
“La vida es un lugar donde no se puede vivir” decía la irrepetible, compleja y trágica Marina Tsvietáieva, y no le faltaban razones para su lapidaria afirmación. Le tocaron la Revolución de 1917, el Octubre de Lenin, la hambruna y el terror stalinista. Fue víctima –como la mayoría de los escritores e intelectuales de la Edad de Plata- de uno de los mayores crímenes contra la inteligencia de la historia. Su destino, como el de Gumiliov, Ajmátova, Pasternak, Bulgákov, el simbolista Blok, el futurista Jlébnikov o el acmeísta Mandelshtam entre otros, fue decidido por la ruleta rusa de Lenin y Stalin: Exilio. Persecución. Pobreza. Abandono. Muerte…Sin embargo para Tsvietáieva, la mejor escritora rusa del siglo XX (1) hubo una bala en cada recámara.
El viaje hacia la prehistoria(2) de Tsvietáieva no es sencillo. La misma poetisa solía asegurar que su tiempo despreciaba la espiritualidad. “Un siglo dispuesto a dar diez Pushkin por un coche”, decía en sus cartas. 

Nació en Moscú, en 1892, precisamente cuando comenzaba la Edad de Plata de la literatura rusa, probablemente el período más interesante –y brillante- de la historia intelectual del país, que terminó abruptamente con la Revolución de 1917. Marina era hija de un profesor de Historia del Arte en la Universidad de Moscú (3)y una pianista. Estudió historia de la literatura en la Sorbona y se involucró profundamente con el Simbolismo ruso que marcó toda su obra posterior. 
En 1910 publicó su primera colección de poemas “Álbum de la Tarde”, atrajo la atención del poeta y crítico Voloshin y comenzó a vincularse con destacados personajes como Aleksandr Blok y Anna Ajmátova. Hacia 1912 se casó con un cadete militar de 19 años, el guapo Sergei Efron. La joven y enamorada pareja, que enseguida tuvo dos hijas, Ariadna “Alia” e Irina, casi sin darse cuenta, comenzó a ir en direcciones opuestas.  La poetisa vivía por su lado el propio acme, pasión y gozo sin pudor en sus letras que fueron alimentándose con distintos romances fuera del matrimonio, primero con Ósip Mandelshtam e inmediatamente después con la hermosa y casquivana Sofía Parnok, entre otros. Todos ellos iban a parar a sus versos. /“Eres cazador, pero no me rendiré/Tu eres la persecución, pero yo soy la fuga/¡No cogerás viva a mi alma!”/
Seryozha, el marido engañado, optó por ir al frente en 1914 y la revolución de 1917 lo encontró en el Ejército Blanco del Zar. Ahora la tragedia tenía la palabra. 
Marina, abandonada y sin medios económicos, padeció junto a sus hijos la gran hambruna de Moscú. Con su padre fallecido años antes, no tenía medios para mantenerse a sí misma y a sus hijas y quedó atrapada en una situación desesperante por cinco largos años. Entre 1917 y 1922 y con las tripas haciendo ruido, escribió la epopeya “El campo de los cisnes”(4) glorificando a los que luchaban contra los comunistas. 

Fue en ese tiempo cuando, desesperada, puso a sus hijas en un orfanato estatal, pensando que allí estarían mejor alimentadas. Nada más lejos. Alia se enfermó y la pequeña Irina murió por inanición.
El consuelo no llegó jamás. Pasaron amantes como la actriz Sofía Holliday –la del estupendo "Relato de Soniechka"; el viaje a Berlín para reunirse con su marido; la correspondencia con Boris Pasternak; Praga, donde escribió la famosa sátira “El cazador de ratas”, basada en la leyenda del flautista de Hamelin y finalmente París, donde vivió 14 años y nació su hijo varón.  En el exilio, Tsvietáieva vivió pobre, marginada del círculo de escritores rusos emigrados y tuvo una gran relación epistolar con Rainer Maria Rilke /“Nos tocamos ¿con qué?/ Con aletazos/Hasta con lejanías nos rozamos./Vive solo el poeta y quien lo lleva/Se encuentra a veces con quien lo llevaba"/.

Hacia 1939 la poetisa volvió a Moscú y la ruleta rusa de Stalin volvió a girar para ella. Efron, el marido, y su hija Alya habían sido detenidos por espionaje, las puertas estaban cerradas para la recién llegada y no conseguía trabajo. Fue declarada oficialmente “sospechosa”“enemiga del pueblo” "no persona” y cuando nada podía ser peor, su esposo fue encontrado culpable y ejecutado en 1941. Tsvietáieva y su pequeño hijo fueron evacuados a Yelábuga, en la Tartaria, sin dinero ni medios de subsistencia.
La crónica oficial dice que en agosto de ese mismo año, la gran poetisa se ahorcó, aunque en la actualidad se han puesto en duda las circunstancias de su muerte. ¿Pero qué más da, la soga propia o la bala del tirano? ¿Acaso ella murió? No señores, ¡de ninguna manera! Sólo se trató de un espacio en blanco
Por mucho tiempo las letras que escribió Marina Tsvietáieva estuvieron prohibidas y sólo circularon por samizdat(5)
Hoy esa poetisa, la “que desordena los naipes / falsea el peso y las cuentas / y es un preguntona en el pupitre…” sigue respirando en sus monosílabos, interjecciones, en cada uno de sus guiones, en cada poesía, prosa y en cada corazón que late (el mío) (fuerte) con su lectura. (1) Según el último Premio Nobel Ruso Josef Brodski. 

(2) Un vocablo “muy” Tsvietáieva. 
(3) Fundador del Museo Pushkin de Bellas Artes 
(4) Los “cisnes” del título se refieren a los voluntarios en el Ejército Blanco, donde su marido luchaba como oficial. 
(5) Samizdat fue la copia y distribución clandestina de literatura prohibida por el régimen soviético. Las copias se hacían de a unas pocas por vez y se esperaba que los que las recibían realizasen algunas duplicaciones adicionales. Esto se hacía normalmente mediante el mecanografiado o la escritura a máquina de los textos en cuestión o, en su defecto, mediante la simple copia manuscrita. Esta práctica de eludir la censura oficial estaba llena de peligros, ya que se imponían duros castigos a las personas capturadas en posesión de copias de material prohibido. Fuente: Wikipedia 

Fuentes: 

.Molina, Cesar Antonio. En honor de Hermes/ In Honor of Hermens. Huerga Y Fierro Editores, 2005. Pág. 443 . 
.Karlinsky, Simon. Marina Tsvietáieva: la mujer, su mundo y su poesía. Mondadori, 1991. 
.Tsvietáieva, Marina. Natalia Goncharova – Retrato de una pintora. Traducción Silvia Ancira. Minúscula. Barcelona. 2006 
.Tsvietáieva, Marina. El Relato de Sóniechka. Traducción Reyes García Burdeus. Editor Universitat Jaume I, 2002. 
. Wikipedia: enlaces en texto. 
Imágenes: Internet

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