Cuando hablo de marketing de sensaciones se me viene a la cabeza el perfume de la panadería artesana que había en mi calle cuando era niño y en realidad no se trata de nada más que eso. Provocamos la experiencia antes de consumir el producto.
Por supuesto el marketing de experiencias comparte a partes iguales el protagonismo con el de las sensaciones, solo que aún no comprendo por qué los llamamos de manera diferente, aunque comprendo que deben haber matices, pero en general no debería haber demasiadas diferencias.
Cuando generamos la marca de sensaciones nos apoyamos en los perfumes, los colores o los sonidos y aunque en general es suficiente el estimular uno de los sentidos lo ideal sería hacerlo con varios de ellos si queremos consolidar la campaña.
Aunque si de algo se nos puede acusar a los “expertos en marketing” es que sabemos elevar las virtudes de un producto y esconder las desventajas.
Me temo que es como nos han entrenado, somos los US Navi Seal de las apariencias, manipulamos a los vendedores para que hagan lo que consideramos ideal para llegar a los objetivos marcados. Lo que me temo es que muchos de los que se/nos llamamos expertos no saben hacer ese trabajo de venta y eso si que es un problema.
Por supuesto en negocios donde el bienestar personal es el producto a comunicar nos será relativamente fácil el llegar a dar al cliente sensaciones incluso mucho antes de que se adquiera el producto. Por ejemplo en el caso de los wellness siempre podemos perfumar las tarjetas de reserva o repetición de los servicios.
En el caso de la alimentación acabada (panaderías, pastelerías y bollerías) también podemos trabajar con los perfumes, pero sería un poco más de lo mismo, aunque se me ocurre poder trabajar con las sensaciones táctiles, haciendo que los envoltorios nos comunicaran, o incluso los fyers o tarjetas lo hicieran combinando el tacto y el olfato.
Lo que siempre recomendaré es que las acciones sean honestas, claras y limpias, sin tergiversar los contenidos para llevarlos hasta nuestro campo de juego y por supuesto dando a la marca un buen soporte de atención al cliente, ya que en caso de crisis es el único método para rescatar a un cliente.
En la hostelería deberíamos poder demostrar el diferenciador y construir toda la estrategia sobre las sensaciones, visuales al principio y sensoriales combinadas después, por lo que cuidaremos mucho desde el punto en el que el cliente decide que quiere nuestro producto, aunque lo ideal sería que ya se presintiera la sensación incluso en la publicidad o los medios de comunicación que se usen, incluso en las redes sociales.
En cualquier caso la construcción de toda la estrategia debe hacerse completamente a medida para cada cliente y su target, ya que ni dos restaurantes son iguales, ni dos perfumerías deberían serlo.
¿crees que puedes hacer impacto con una campaña enfocada exclusivamente a las sensaciones?
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