
Al borde del precipicio, abundaban también las moscas de marzo (Dilophus febrilis) [Common Fever-Fly], que invadían a cientos las flores de las umbelíferas que crecían por allí, resultando bastante molestas mientras mirábamos por los prismáticos. A pesar de una motora que atravesó la zona a toda velocidad, espantando todas las aves a su paso, los cetáceos siguieron nadando cerca de la costa, por supuesto, dejando ver solo la aleta dorsal...
