`Marte Necesita Madres´ -dignísima película animada vapuleada por la crítica y el público

A este paso debo ser el único habitante del planeta Tierra al que le ha gustado esta película. Pero por más que me he mirado en el espejo (emulando a Scarlet Johansson y sus fotos robadas) no he encontrado nada extraño que indique no haya nacido en el tercer planeta más cercano al Sol.

Digo eso porque la película producida por Robert Zemeckis y dirigida por Simon Wells -experto en la dirección de películas animadas excepto por La Máquina del Tiempo- ha recibido varapalos por todos lados. La taquilla fué horrible en su país de origen y en el resto de países que se estrenó tampoco ayudó la cosa. Unos míseros 39 millones de dólares sobre un coste de 150 -probablemente más, ya que no se cuenta la publicidad en estos casos-. Así que a bote pronto hablaríamos de uno de los mayores fiascos de los últimos años. A eso habría que sumar las críticas horribles tanto del público (sólo hay que visitar IMDB o Filmaffinity para ver la nota media) como de la crítica especializada.  Y  debo ser raro, como digo, porque en esas mismas páginas veo notas aceptables para Shrek 4, cuando para mí dicha película es una soberana tontería y una pérdida de tiempo de principio a fin. Pero no voy a estar siempre de acuerdo con la mayoría de la gente, y más en esos casos. Además, también aprueban las últimas entregas de Piratas y Transformers, lo cual demuestra que debo de ir contracorriente en algunos momentos.

A Marte Necesita Madres (Mars Needs Moms!) se le critica dos cosas sobremanera. Una de ellas es que su animación no está a la altura. Algo en lo que no estoy de acuerdo y me hace sopesar que si la historia es entretenida y puede conmoverte, poco me importa que los gestos o las pecas que pueda tener el protagonista en la cara estén bien definidas o no. La otra es que los personajes no llegan al público. De nuevo podría poner el ejemplo más extremo de Shrek 4, los cuales me llegaron a resultar hasta repugnantes en ciertos momentos. Los protagonistas de Marte Necesita Madres no pecan de fríos ni mucho menos.

La historia plantea el sempiterno conflicto paternofilial que tantas veces hemos podido ver en la gran pantalla. En esta ocasión es la raza marciana la que busca madres para sus descendientes femeninas. De ahí que la Tierra sea el eje central para dicha búsqueda. No quieren madres a las cuales sus hijos no les hagan caso, si no aquellas que sean firmes y autoritarias. Así que la madre de nuestro protagonista, Milo, acabará siendo secuestrada, pero al mismo tiempo su hijo -el cual había discutido con ella por algo tan innato como la rebeldía adolescente- será el que se encargue de sacarla de tal aprieto.

Ya tenemos el meollo del asunto y eso que tanto tocan las películas animadas. Los sentimientos y la culpa, así como la posterior redención. En la búsqueda de la liberación de su progenitora acabará conociendo a un rechoncho compañero de viaje el cual tiene algún que otro secreto en la alcoba, un robot en forma de araña y una marciana (divertida por su expresividad corporal) que no comulga con lo que se está haciendo en su planeta. Lo mejor de todo, ninguno de ellos quiere forzar innecesariamente la sonrisa del espectador.

“No es una película para niños”. Otra frase que salió a la luz para explicar el trompazo que se ha pegado esta película. Cierto, es cierto. No es Ice Age, ni Los Pitufos. Ni tampoco Beowulf ya puestos. Pero sí es cierto que un “peque” no se lo va a pasar tan bien como si ve algunas de las películas que he citado antes. A grandes rasgos diría que está más cercana a Monster House, el que la haya visto ya sabrá a lo que me refiero. Animación disfrutable para adultos pero algo incómoda para niños. Ése es quizás el gran riesgo que ha corrido esta cinta, ya que una película para TODOS LOS PÚBLICOS hace que la taquilla pueda funcionar con efectividad (véase los casi 500 millones de dólares que llevan Los Pitufos, ¡una bestialidad!).

Lo bueno de la película de Simon Wells es que funciona a la perfección en cuanto a la acción y al drama se refiere. Nuestro pequeño protagonista acaba en un mundo totalmente ajeno a él, con lo que el peligro es algo a lo que tendrá que enfrentarse en no pocas ocasiones. Ahí es donde la acción pura y dura, con persecuciones de por medio, enfrasca al espectador totalmente pero sin excederse.

El drama y la lagrimita (¿no buscan eso casi todas las películas de animación?) se puede encontrar en varios sitios. Gribble, el compañero rechoncho al que he hecho mención antes- sería un claro ejemplo de ello. Otro niño que en su momento tuvo que soportar el secuestro y dramático final de su madre se convierte de repente en el salvador y guía de Milo. Ésa historia que acaban contando en modo de flashback y el tramo final de la cinta sería posiblemente los más sensibleros y los que más inquietud me produjeron.

Cierto es que la animación, que tanto se ha criticado, no esté pulida en algunos momentos. Gribble, por ejemplo, está mucho mejor hecho -sobre todo en cuanto al rostro se refere- que el propio Milo, pero eso no creo que tenga que restar puntos a la hora de encontrarnos con una película que sin sobresalir demasiado sí tiene algunas cosas que todavía no habíamos visto en la gran pantalla.  (si queremos originalidad total tendríamos que irnos a 9).

Qué pena que esta película haya sido vilipendiada tan injustamente y otras que sí merecerían adjetivos descalificativos triunfen inmerecidamente.