¡Y aquí llega la cuarta edición de Martes de Ceniza!
Hoy hablaremos sobre la portada del libro, que cuenta con una interesante historia.
La portada es algo esencial: lo primero que te entra a los ojos, lo que llama la atención. Está claro que, por muy buena que sea la portada, si la historia es mala no interesará, pero es un factor realmente importante a la hora de comprar un libro.
Ceniza tiene, sin duda alguna, una portada atractiva que ha gustado mucho. Pero ¿qué representa? ¿Cómo se hizo? Aquí desvelaremos unos secretillos sobre ella ;)
La mayoría de los que hayáis seguido las otras ediciones de Martes de Ceniza habréis supuesto (correctamente) que la protagonista de la portada es, al igual que la de la historia, Lilith, esa chica rara y diferente, que es capaz de ver cosas que la gente normal no puede.
En un principio la autora del libro tenía en mente otro tipo de portada Así que le comentó a un compañero suyo de clase y diseñador un poco lo que quería, y él sorprendió a Hollie con la imagen que podéis ver en la portada actual. Era distinto a lo que ella tenía pensado, pero le gustó y quedó muy bonita. Por ello, la "idea" que tenía para la portada de Ceniza pasará a ser usada para la segunda parte, Condena.
La modelo es una chica inglesa, amiga del compañero de Hollie, a la que le compraron los derechos de la imagen. Gracias a ella, el lector se puede dar cuenta de que, tras Lilith hay una historia, ya que le envuelve un halo de misterio (o mejor dicho, humo -chiste malo, Alicia, chiste malo-), y que hay algo más que a simple vista no se puede intuir. Ese es el propósito de la portada: conseguir que el lector se de cuenta de que tras la portada, tras el nombre de la novela y lo que representa, hay mucho oculto.
El diseño de la portada corrió a cargo de Hollie y Manuel, su compañero. Él se encargó de lo "gordo", y ella puso el título, el humo, y todos esos detallitos.
Y eso es todo por hoy ^.^ ¡No os perdáis el próximo Martes de Ceniza!
¡Nos leemos!