Un ejemplo de ello es Marwan, uno de los cantautores que más años lleva pateándose el circuito y que con su trabajo y constancia, sin más promoción que el boca a boca, consiguió llenar el Circo-Price este verano en un concierto que muchos seremos incapaces de olvidar.
Hijo de palestino y madre española, sus canciones beben principalmente del amor y el desamor, colmándose de poesía en cada estrofa, pero también de causas sociales capaces de remover conciencias.
Deja que te cuente las cosas que no pude responder durante 15 minutos, los mismos que hacen falta para enamorarse locamente en cualquier ciudad, tal vez París. Entonces te podría decir cual es mi columpio en las noches de escarcha y así tal vez un día de estos por fin comprendas que la música se hizo para sentir y que los ángeles son aquellos que escuchan desde cualquier acera, en cualquier lugar.
Cómo decirte que el próximo verano estará cargado de sueños sencillos y aunque tú te empeñes en correr, yo seguiré con carita de tonto esperando que regreses para que seas mi paracaídas. Porque de una cosa estoy seguro, tu huella es y será para siempre.
Aunque en cualquier formato un concierto de Marwan es un lujo, te recomiendo encarecidamente cualquiera de sus acústicos en el Libertad 8 por la magia que consigue transmitir.