Los últimos comicios realizados en 12 estados de la República revelan con claridad que gran parte del pueblo mexicano se inclina por la alternancia en el poder, lo cual es muy significativo ante las contiendas electorales de 2018. Si los actuales políticos que piensan en su futuro no alcanzan a ver el verdadero fondo de este mensaje, están perdidos.
El hecho de que en la mayoría de los estados la gente esté pensando en cambiar las formas de gobierno, aun teniendo que escoger entre las limitadas alternativas que presentan los partidos, no manifiesta otra cosa que la exigencia popular de rectificar el rumbo en muchos aspectos.
Y claro que hay diversidad de cosas que urge cambiar, entre ellas lo relacionado con la seguridad, la justicia, la educación, el medio ambiente y muchas otras cosas de la administración pública como la corrupción, que se ha vuelto intolerable cuando es a todas luces solapada por distintos gobiernos.
Escoger gobernantes entre los candidatos propuestos por el PRI, el PAN, el PRD, Morena y otras organizaciones políticas no satisface los anhelos de muchos mexicanos, por considerar que estos partidos no han respondido satisfactoriamente a las necesidades del país, pero si no hay más opciones, lo mínimo que la gente puede hacer, y fue lo que hizo en la última elección, es votar por la alternancia, es decir, por el cambio de siglas en los gobiernos locales, así estén conscientes de que unas siglas y otras suelen ser la misma cosa.
¿Por qué la alternancia?
Los votantes optan por la alternancia porque se cansan de que los gobiernos en turno hagan caso omiso de los problemas de la sociedad, se hartan de que los políticos vean solamente por sus intereses personales y no por los del común de la gente.
Gobierno tras gobierno, aunque sean de diferentes partidos, desembocan siempre en lo mismo: la corrupción, el amiguismo, el burocratismo, la ineficiencia, el maltrato al contribuyente, etcétera, sin atender lo que más interesa a la población, que es su seguridad, la justicia, el empleo, la educación, la calidad de vida.
La eterna esperanza de cambio
La alternancia en el poder es lo único rescatable de nuestra costosa democracia, hasta hoy secuestrada por los partidos.
Claro que políticos de diversos partidos se entienden y seguirán entendiéndose para repartirse cuotas de poder y privilegios, especialmente para protegerse ante casos de corrupción como lo han hecho hasta la fecha en Jalisco y otros muchos lugares del país.
Así las cosas, aunque un estado o municipio cambie de partido gobernante, difícilmente veremos en la cárcel a los corruptos, porque ellos mismos se cubren las espaldas, es decir, aplican el antiguo dicho: “Hoy por mí y mañana por ti”. No saben otro.
Lo cierto es que, puestos a elegir entre unos y otros, los votantes cruzan boletas porque no les queda alternativa, siempre con la idea de mejorar, es decir, la eterna esperanza de cambio que caracteriza al mexicano desde tiempos de la Colonia.
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