El Modernismo es uno de los ingredientes más característicos de Barcelona. Este estilo arquitectónico dio muchas joyas arquitectónicas a la ciudad a finales del S.XIX y principios del S.XX. Incluso hay una que todavía podemos ver crecer: La Sagrada Familia.
De todos los creadores del movimiento Modernista, no hay ninguno que alcance la fama y notoriedad de Antoni Gaudí, mundialmente conocido por su estilo único y singular que aunó las formas naturales con la arquitectura como nunca se había hecho.
Antoni Gaudí creó algunos de los elementos arquitectónicos más emblemáticos de la ciudad de Barcelona. De todos es conocida la inconclusa Sagrada Familia, el magnífico Park Güell, la curvada Pedrera y la fantasiosa Casa Batlló.
Pero el genio de Reus creó muchas más obras antes y después. Y Barcelona cuenta con muchas de esas joyas que el gran artista nos legó.
Una de sus primeras edificaciones fue la Casa Vicens (Calle Carolines, 24). Imaginativa mansión con aire mudéjar en la que Gaudí combinó las baldosas, base de la fortuna del propietario de la casa, con elementos vegetales propios de la zona en la verja y los ornamentos del techo.
Tampoco es muy conocido el Bellesguard (Calle Bellesguard, 16-20). Este edificio se erigió sobre los restos de un castillo medieval y Gaudí utilizo lo poco que quedaba de él para proyectar un edificio que lo rememorara. Por eso la casa parece un castillo, con su almenara y torre de guardia. Ésta última está coronada por la típica cruz de cuatro brazos que iría apareciendo en muchas de las obras de Gaudí.
Uno de los edificios más lujosos que creó Gaudí fue el Palau Güell (Calle Nou de la Rambla, 3), la que sería la residencia de su mayor mecenas: el Conde Güell. Actualmente Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, este imponente palacio de exterior sobrio, sorprende por la magnificencia de sus espacios interiores, la cúpula parabólica del salón central y los lujosos acabados, muy raros en la obra de Gaudí.
Incluso al caminar por la más famosa avenida de Barcelona, el Passeig de Gracia, podemos bajar la vista para ver, bajo nuestros pies, las baldosas que Gaudí diseñó para decorar la que sería la avenida más modernista de la ciudad.
Una de las mejores maneras de evocar Barcelona es mediante las obras de Gaudí. Y ya que no nos las podemos llevar en la maleta, podemos rememorarlas con recuerdos inspirados en su arte.