Revista Insólito

Más arte menos guerra

Publicado el 14 octubre 2019 por Noticias Frescas Online @1NoticiasOnline
Más arte menos guerra
Necesitamos más arte y menos guerra. El arte es la máxima expresión de la sensibilidad del ser humano, que se contrapone a la violencia natural que nos habita y que nos lleva a agredirnos unos a otros, la mayoría de las veces sin motivo o razón alguna.

Está en todas partes
El arte está en todas partes. La naturaleza es una obra de arte, la vida es la máxima expresión del arte jamás creada. Todo es arte y, sin embargo, preferimos manifestar lo negativo que habita en cada uno de nosotros, en lugar de dejar fluir la propia belleza que habita en nuestro interior.
El arte anima a mirar, a percibir y a pensar en los diferentes patrones y estructuras que conforman el mundo. Especialmente el mundo inmediato de los sentidos, de los colores, de las formas, de la textura, de la ubicación, de la armonía y de la disonancia.
En algo tan simple como la proyección de una sombra, hay arte. Toda la gran variedad de fauna y flora que existe en este planeta, es arte puro. Y es que al arte como tal, es una de las herramientas más brillantes y valiosas que existen para darle sentido al mundo y a nuestra presencia en él.
El arte nos anima a mirar más allá de nuestras circunstancias inmediatas y a pensar en el mundo con nuevos sentidos. El arte une a la gente. El arte da lugar a la expresión y deja que el pensamiento dogmático se mantenga al margen de la vida misma.
El arte nos invita a ponernos en el lugar de otras personas, para poder entender aquello que han querido transmitir. Es la mejor manera de experimentar en carne propia, las manifestaciones más profundas que provienen de aquella persona que ha creado arte a través de sus sentidos, y cuando el arte que admiramos es la naturaleza o la vida misma en su conjunto, intentamos a través de ese acto de observación, el poder experimentar en carne propia las manifestaciones más profundas que provienen de la energía creadora que ha dado vida a todo aquello que podemos ver.
El arte es algo tan vasto, tan amplio, tan incluyente, que absolutamente todo puede ser visto a la luz del arte, incluso aquello que daña y lastima la propia existencia del ser humano.

Cara o cruz
El arte puede tener una visión infinitamente matizada de las cosas. Puede mantener posiciones contradictorias sin acusaciones de hipocresía e infundirle pleno y absoluto sentido a la frase “toda moneda tiene dos caras", ya que cada mirada de cada persona, puede ver algo completamente diferente proveniente de una misma percepción.
El arte puede ser completamente objetivo o subjetivo, según el desarrollo que haya querido dar el autor a su obra, cualquiera que esta sea, y cuando el arte es objetivo y logra ser percibido por una conciencia elevada y superior que habita en cada uno de los seres humanos, su interpretación y su sentir es uno solo, sin importar la cantidad de espectadores que lo aprecien.
Un niño pequeño, indefenso, inocente, despertará en la inmensa mayoría de los seres humanos, ese sentimiento protector innato que la madre naturaleza nos ha otorgado por gracia, y cuando un milagro semejante ocurre, es porque una manifestación de arte objetivo ha tenido lugar.
De igual manera, el arte puede ser una distracción, un escudo de fantasía que nos protege de las verdades más duras de la realidad, o puede ser también la forma de encontrar la verdad a través del debate y de la discusión. Pero no del debate y de la discusión agresiva que no escucha, sino a través del debate y de la discusión que busca crear puentes que conecten dos ideas divergentes para poder establecer un solo punto de encuentro entre aquello que une en lugar de separar.
Hacer arte y mirar el arte son dos formas de pensar. Quien hace arte, piensa con sus sentidos, para que no haya separación entre el momento sensorial y la idea intuitiva. Es la forma perfecta de poder conectar a la mente con el corazón.
En la educación actual que tiende a hacerse cada vez más impersonal, es de vital importancia alentar a las mentes jóvenes y curiosas a tener confianza en sus propias percepciones, a poder experimentar el mundo más allá de la pantalla digital de sus teléfonos y ordenadores, y a tener la seguridad de que sus percepciones son tan profundas como la historia misma de la humanidad.

Más arte menos guerra
Más arte y menos guerra, debe ser una premisa en la vida de los seres humanos ya que, como seres humanos, debemos poner en primer plano la empatía humana por encima de la conveniencia práctica.
Debemos aprender a desarrollar la sensibilidad que otorga el arte, para poder conectarnos mutuamente como los hermanos que somos y no como los enemigos que creemos ser. Debemos dejar a un lado nuestro ego que nos destruye y que destruye a los otros, para poder aceptarnos tal cual somos, respetando el espacio que a cada uno de nosotros nos ha sido otorgado en este lugar.
Cuanta falta hace el arte en la vida alienada de las personas que sucumben frente a la dureza de la vida misma, que los envuelve en afanes imaginarios de los que la mayoría de personas no saben cómo escapar.
El afán por el diario vivir, por atender los compromisos más primarios de la vida, priva a las personas de poder ver el arte en su propia vida y en la vida que habita todo cuanto les rodea.
El arte es un llamado a la vida misma, cuando podemos ver que la vida misma es arte en su expresión más pura. En este proceso de entendimiento, que puede llevar a la liberación del espíritu, el ser humano puede llegar a entender que más allá de las exigencias individuales, los seres humanos somos una sola creación que coexiste para propósitos mucho más elevados de los que podemos creer.
Necesitamos más que nunca tener lecciones de arte para poder olvidarnos de la guerra que nos mata, para poder alejarnos de la frialdad del mundo digital, de los edificios de oficinas, de los rascacielos que impiden ver la luz del sol en las ciudades. Necesitamos más que nunca del arte en nuestras vidas para poder aprender a ser verdaderos seres humanos, para poder aprender a vivir de verdad.

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