Revista Salud y Bienestar
Más de la mitad de las personas que padecen diabetes tipo 2 tiene un mal control metabólico, es decir, una hemoglobina glicosilada (HbA1c) (con la que se mide el nivel de glucosa medio de los tres últimos meses) superior al objetivo, lo que pone en riesgo su salud cardiovascular. Así lo han puesto de manifiesto los especialistas durante el Encuentro de Expertos "Avances terapéuticos en DM2: Terapias basadas en incretinas", organizado por Novo Nordisk, y que ha tenido lugar en el marco del 30 Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC). Durante el mismo, se han presentado datos del ambicioso programa de ensayos clínicos LEAD, según los cuales los fármacos basados en incretinas, entre ellos liraglutida, son actualmente las terapias que han demostrado una mayor eficacia en términos de reducción de hemoglobina glicosilada en pacientes con diabetes tipo 2. Concretamente liraglutida aporta disminuciones de HbA1c de hasta el 1,5%.
Según explica el doctor Esteban Jódar, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Quirón de Madrid, "el control de las cifras de HbA1c, o buen control metabólico, reduce la aparición y progresión de complicaciones crónicas que son las responsables de la pérdida de años de vida y del deterioro de la calidad de vida. Por eso, se considera clave en el tratamiento de la enfermedad". De hecho, por cada 1% de incremento de HbA1c, la posibilidad de sufrir un evento cardiovascular aumenta en un 18%. Entre los motivos por los que los pacientes no tienen un buen control metabólico, este experto apunta a "un manejo demasiado pasivo y tardío de la enfermedad, la epidemia de obesidad que recorre el mundo desarrollado, la ganancia de peso que inducen muchos de los fármacos para la diabetes y la dificultad de nuestros pacientes para modificar sus hábitos y conseguir reducir su peso corporal".
En este contexto, los resultados del Programa LEAD han puesto de manifiesto que los fármacos basados en incretinas son actualmente los que han demostrado una mayor eficacia en relación con la reducción de la hemoglobina glicosilada. "Las incretinas son un grupo de hormonas gastrointestinales que originan un aumento de la secreción de insulina por las células beta de los islotes pancreáticos en respuesta a la comida", explica el doctor Esteban Jódar.
Por su parte, el doctor Jorge Navarro, coordinador del Grupo de Diabetes de la Sociedad Valenciana de Medicina de Familia y Comunitaria (SVMFYC), concreta que "las reducciones que aporta, de entre 1,2 y 1,5%, hace que estén en la gama de fármacos de eficacia alta". Asimismo, destaca que "hasta ahora, para lograr esa eficacia, los fármacos antidiabéticos tenían dos elementos desfavorables: la aparición de hipoglucemias, por un lado, y el incremento de peso, por otro".
Liraglutida, que es un análogo humano del receptor Péptido Similar al Glucagón tipo 1 (GLP-1 por sus siglas en inglés) con una homología del 97% con el GLP-1 nativo, ha demostrado, según explica el doctor Jódar, que consigue "pérdidas de peso significativas frente a un aumento de peso con el resto de terapias, con un bajo riesgo de hipoglucemias y mayor efecto en las medidas de función de célula ß". Este es el motivo por el que este especialista indica que "el uso de fármacos como liraglutida supone una nueva arma para romper el círculo vicioso que liga el exceso de peso, la resistencia a los efectos de la insulina y el aumento de peso con el tratamiento que empeora la resistencia a la insulina".
-Controlar el peso, controlar la diabetes
El paciente con diabetes tipo 2 es por sí una persona con obesidad o cercana a ella. "La mayoría de ellos ha consolidado incrementos de peso durante mucho tiempo debido a un mal estilo de vida. Eso provoca pequeñas señales de alteraciones cardiovasculares como puede ser aumento de presión arterial, de lípidos y finalmente aparece la diabetes", explica el doctor Navarro a la vez que señala que la agregación de factores de riegos da lugar al Síndrome Metabólico. De hecho, según manifiesta, "el 90% de los diabéticos tipo 2 tiene Síndrome Metabólico, el territorio donde la diabetes empeora".
Por ser el peso el elemento generador de esta alteración que aumenta la posibilidad de accidentes vasculares, indica que para estos pacientes sería fundamental reducirlo. "Que haya fármacos que puedan ayudar a perder peso es un dato novedoso e interesante", añade.
Por otro lado, se estima cuando un paciente es diagnosticado con diabetes tipo 2 ya ha perdido alrededor del 50% de la función de las células ß, las responsables de producir insulina. Como explica el doctor Jódar, "el fallo de la célula ß es una complicación más de la hiperglucemia y la insulino-resistencia". En esta línea, los modelos experimentales realizados indican que el tratamiento con liraglutida ha demostrado un efecto directo beneficioso sobre la masa celular ß. "Además, la inducción de una pérdida de peso significativa, sugiera un efecto beneficioso a largo plazo en la durabilidad de estas células", concluye este especialista.
Este análogo del GLP-1 incide así en el descenso de la hemoglobina glicosilada, sin riesgo de hipoglucemias, la presión arterial, los lípidos o el peso del paciente con diabetes tipo 2.
En España se estima que la diabetes tipo 2 afecta a 3 millones de personas y que la mitad de ellas no están diagnosticadas. Se prevé que las cifras de diabetes tipo 2 vayan en aumento en todo el mundo debido al estilo de vida sedentario, el sobrepeso y la obesidad.
Según explica el doctor Esteban Jódar, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Quirón de Madrid, "el control de las cifras de HbA1c, o buen control metabólico, reduce la aparición y progresión de complicaciones crónicas que son las responsables de la pérdida de años de vida y del deterioro de la calidad de vida. Por eso, se considera clave en el tratamiento de la enfermedad". De hecho, por cada 1% de incremento de HbA1c, la posibilidad de sufrir un evento cardiovascular aumenta en un 18%. Entre los motivos por los que los pacientes no tienen un buen control metabólico, este experto apunta a "un manejo demasiado pasivo y tardío de la enfermedad, la epidemia de obesidad que recorre el mundo desarrollado, la ganancia de peso que inducen muchos de los fármacos para la diabetes y la dificultad de nuestros pacientes para modificar sus hábitos y conseguir reducir su peso corporal".
En este contexto, los resultados del Programa LEAD han puesto de manifiesto que los fármacos basados en incretinas son actualmente los que han demostrado una mayor eficacia en relación con la reducción de la hemoglobina glicosilada. "Las incretinas son un grupo de hormonas gastrointestinales que originan un aumento de la secreción de insulina por las células beta de los islotes pancreáticos en respuesta a la comida", explica el doctor Esteban Jódar.
Por su parte, el doctor Jorge Navarro, coordinador del Grupo de Diabetes de la Sociedad Valenciana de Medicina de Familia y Comunitaria (SVMFYC), concreta que "las reducciones que aporta, de entre 1,2 y 1,5%, hace que estén en la gama de fármacos de eficacia alta". Asimismo, destaca que "hasta ahora, para lograr esa eficacia, los fármacos antidiabéticos tenían dos elementos desfavorables: la aparición de hipoglucemias, por un lado, y el incremento de peso, por otro".
Liraglutida, que es un análogo humano del receptor Péptido Similar al Glucagón tipo 1 (GLP-1 por sus siglas en inglés) con una homología del 97% con el GLP-1 nativo, ha demostrado, según explica el doctor Jódar, que consigue "pérdidas de peso significativas frente a un aumento de peso con el resto de terapias, con un bajo riesgo de hipoglucemias y mayor efecto en las medidas de función de célula ß". Este es el motivo por el que este especialista indica que "el uso de fármacos como liraglutida supone una nueva arma para romper el círculo vicioso que liga el exceso de peso, la resistencia a los efectos de la insulina y el aumento de peso con el tratamiento que empeora la resistencia a la insulina".
-Controlar el peso, controlar la diabetes
El paciente con diabetes tipo 2 es por sí una persona con obesidad o cercana a ella. "La mayoría de ellos ha consolidado incrementos de peso durante mucho tiempo debido a un mal estilo de vida. Eso provoca pequeñas señales de alteraciones cardiovasculares como puede ser aumento de presión arterial, de lípidos y finalmente aparece la diabetes", explica el doctor Navarro a la vez que señala que la agregación de factores de riegos da lugar al Síndrome Metabólico. De hecho, según manifiesta, "el 90% de los diabéticos tipo 2 tiene Síndrome Metabólico, el territorio donde la diabetes empeora".
Por ser el peso el elemento generador de esta alteración que aumenta la posibilidad de accidentes vasculares, indica que para estos pacientes sería fundamental reducirlo. "Que haya fármacos que puedan ayudar a perder peso es un dato novedoso e interesante", añade.
Por otro lado, se estima cuando un paciente es diagnosticado con diabetes tipo 2 ya ha perdido alrededor del 50% de la función de las células ß, las responsables de producir insulina. Como explica el doctor Jódar, "el fallo de la célula ß es una complicación más de la hiperglucemia y la insulino-resistencia". En esta línea, los modelos experimentales realizados indican que el tratamiento con liraglutida ha demostrado un efecto directo beneficioso sobre la masa celular ß. "Además, la inducción de una pérdida de peso significativa, sugiera un efecto beneficioso a largo plazo en la durabilidad de estas células", concluye este especialista.
Este análogo del GLP-1 incide así en el descenso de la hemoglobina glicosilada, sin riesgo de hipoglucemias, la presión arterial, los lípidos o el peso del paciente con diabetes tipo 2.
En España se estima que la diabetes tipo 2 afecta a 3 millones de personas y que la mitad de ellas no están diagnosticadas. Se prevé que las cifras de diabetes tipo 2 vayan en aumento en todo el mundo debido al estilo de vida sedentario, el sobrepeso y la obesidad.
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