En el transcurso de la menopausia el aparato genital femenino debe sufrir varias alteraciones, como la pérdida de lubricación que en algunas medidas provoca molestias y dolor durante las relaciones sexuales. Surgen en la mujer una serie de síntomas que son realmente muy subjetivos dependiendo de las personas afectadas. Si bien los sofocos y el sudor nocturno se resuelven con el transcurso del tiempo, alrededor de 2 o 3 años, los síntomas vinculados con la atrofia comienzan a empeorar poco a poco provocando así el incremento de los problemas y en conclusión la calidad de vida de la persona. Al igual que la sequedad vaginal este tema alcanza la segunda queja de las mujeres en esta etapa de la vida.
Enumeremos algunos síntomas comunes que abarca la menopausia:
Latidos cardíacos fuertes o acelerados
Problemas para dormir (insomnio)
Enrojecimiento de la piel
Sudores fríos
Sofocos
La atrofia vagina es el término médico utilizado que hace referencia al afinamiento de la pared vaginal que se ve reflejada en la etapa de la menopausia. La atrofia vagina fue la protagonista en el Congreso Mundial de Menopausia por comprobarse que es una patología de prevalencia en las mujeres con menopausia. Aproximadamente entre el 40-60% de las mujeres sufren estos síntomas locales relacionados con la atrofia vaginal.
En España un millón y medio de mujeres sufren síntomas relacionados con la atrofia vaginal en la etapa hipoestrogénica pero tan solo una de cuatro mujeres consulta a su médico. En el mundo el 5% de las mujeres que acuden a una visita ginecológica se refieren al dolor en las relaciones sexuales. Este dolor provocado por la falta de lubricación es consecuencia de la menopausia que cada vez afecta a las mujeres en una edad mayor.