Receta para hacer una película de los Hermanos Marx: gags hilarantes llenos de humor absurdo pero inteligente + algún número musical donde cante Groucho + Chico tocando el piano + Harpo tocando el arpa + frases para la posteridad de Groucho + mímica de Harpo + Chico urdiendo algún tipo de timo + alguna que otra chica guapa + (en ocasiones) historia de amor totalmente prescindible, y que pase desapercibida, impuesta por la productora de cine.
Quizás pueda parecer fácil, pero no lo es. Los Hermanos Marx no fueron simplemente cómicos, crearon un tipo de humor: el humor de Los Hermanos Marx, totalmente intrasferible a nadie que no fueran ellos mismos.
Tenían su propio sistema cómico: el de la liberación de los impulsos elementales, casi infantiles; las persecuciones tenaces y locas de las mujeres que les gustaban; la eterna destrucción magnifica (para muestra la de la escena del tren de ésta película); el frenesí del movimiento sin sentido; el convertirse porque sí en centro de animación sin objeto.
Pero vamos a la película que nos ocupa, porque Los Hermanos Marx en el Oeste marcaría un punto y aparte en la carrera de los Marx: fue el comienzo del declive. Pondría de manifiesto los primeros síntomas de fatiga de los Hermanos Marx. Sin Zeppo, sin Margaret Dumont (la llamada "hermana Marx") y con una clara imposición del estudio, la Metro Goldwyn Mayer.
La cara de Groucho parece decir: "Con lo que ha "sío" una."
Los Hermanos Marx en el Oeste fue la décima película de los Marx y la segunda con la Metro.
Dirigida por Edward Buzzell nos cuenta la historia de Quentin Quayle (Groucho) un hombre del Este que va hacia el Oeste para hacer fortuna. En la estación de tren se cruza con dos hermanos, Joe y Rusty Panello (Chico y Harpo) Primer gag cómico al más puro estilo Marx.
Una vez en el Oeste, los hermanos Panello trabajarán para el viejo Wilson, que les dejará, a modo de préstamo, las escrituras de propiedad de "La Cañada del Muerto."
Mientras, "Red" Baxter intentará por todos los medios conseguir dicha escritura para que la compañía de ferrocarriles a la que representa pueda abrir un paso hasta el Pacífico. Y entre todo este sindios, Terry Turner, el prometido de Eva, la nieta de Wilson, pide ayuda a Joe y Rusty para recuperar la escritura de La Cañada del Muerto, pues es el único medio para la reconciliación de las familias de los prometidos.
Cuándo se está viendo la película hay algo que no cuadra: la patética historia de amor entre Eva y Terry. En el ritmo vertiginoso del sistema cómico de los hermanos Marx no hay cabida para un romance que no sea absurdo por sí mismo. Y a esto es a lo que me refería antes cuando dije que se notaba una clara imposición del estudio, de la Metro.
El argumento de la película podría haber cuajado mejor si lo hubieran dejado en un simple pulso de la codicia entre los personajes de la película: los personajes que interpretaban los Marx y la compañía de ferrocarriles.
La película deja una sensación agridulce, pues es una película de las que podríamos denominar "flojas" (para ser) de los Hermanos Marx y sin embargo contiene varios de los mejores gags de los mismos y una de las mejores escenas que he visto en una película de Groucho, Harpo y Chico: la escena del tren es simplemente genial. Sólo los Marx desmontarían la propia madera de la que estaba hecho el tren para echarle madera al tren. Escena que tenemos que atribuir a su creador, Buster Keaton, que traía mucha experiencia de El Maquinista de la General.
Está considerada como un western/comedia/musical aunque yo creo que es una parodia de los western.
Tiene frases y diálogos realmente brillantes; como aquella escena en la que Chico quiere hacer una llamada de teléfono y Groucho con indignación le dice: "Estamos en 1870 y Bell aún no ha inventado el teléfono". Y su cara de "que idiota es".
Aquí la música también forma parte importante, como siempre, de las películas de los hermanos Marx; Groucho cantando y tocando la guitarra, Chico tocando el piano y Harpo tocando el arpa y la armónica.
Siempre me ha llamado la atención la destreza de Chico Marx al piano con la mano derecha. Cuando leí que la profesora de piano que tuvo a los 10 años sólo sabía tocar el piano con la mano derecha el misterio se resolvió.
"En cuánto toco las cuerdas del arpa dejo de ser un actor." (Harpo Marx)
Soy totalmente consciente de que mi entrada sobre esta película es realmente ambigüa. así que ahora viene el dilema: recomendar o no recomendar, esa es la cuestión. Así que para quitarme responsabilidad sólo os diré una cosa: Es la mejor película de las peores de los Hermanos Marx y la peor película de las mejores de los Hermanos Marx.
Saludos, gente.