Más negro que la tinta: el arte macabro de Tolman

Parece mentira lo que puede hacerse con talento y tinta. El estadounidense Ben Tolman utiliza tinta negra para crear estos impresionantes dibujos macabros que esconden mensajes misteriosos y profundos, hundiendo sus raíces en la ciencia y la biología.

Sus dibujos surrealistas de tinta engloban historias, multitudes de figuras que encajan unas con otras, organismos extraños y máquinas conducidas por seres monstruosos. Y, aunque tras observar sus creaciones de arte macabro no saquemos conclusiones claras, definitivamente nos invitan a reflexionar. El trabajo de este artista es accesible y atractivo incluso para quienes no tienen interés por el arte.

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El arte de Ben Tolman trata esencialmente del misterio de la vida. Nacido en una conservadora familia de mormones en Estados Unidos, se declaró profundamente ateo desde niño. A los 10 años empezó a cuestionar la visión de sus padres, cuando le impusieron la teoría del creacionismo. «Cuando era niño abandoné cualquier mitología cultural existente como una explicación de la vida. He estado explorando ese misterio desde entonces, y creo mi propia mitología a través del arte», explica Tolman.

La única forma que tenía de escapar del ambiente religioso y opresivo de su infancia era el dibujo. «Dibujaba demonios, apariciones y criaturas monstruosas en mis cuadernos. Era lo único que hacía con pasión cada día». ¡Suponemos que a sus padres no les hizo ninguna gracia!

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Sin embargo, sus padres acabaron apoyando su decisión de dedicarse a su gran pasión, e incluso aceptaron sus diferencias ideológicas. Fuertemente influido por El Bosco, su arte ahonda en el misterio de la vida. «Sin ningún tipo de historias de la creación pre envasados, tengo la libertad para reflejar solamente el misterio, la belleza y el horror de todo esto sin ningún tipo de prejuicio. Cuanto más aprendo, más extraño todo se vuelve», dice Tolman.

Tolman no alberga fantasías, y es muy realista sobre sí mismo y su trabajo. El artista confiesa con humildad que su éxito se debe más al trabajo duro que a un talento innato. Trabaja más de 12 horas diarias en su estudio, y esto se refleja en los recovecos y detalles de sus escenas de arte macabro. Para él la clave es el trabajo duro, más que la genialidad.

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Cuando le preguntan en qué cree, la respuesta de Ben es simple: «en la razón y la lógica». Sin embargo la complejidad y la repetición de metáforas en el trabajo del artista sugieren que podría estar intentando comunicar su compleja visión de la realidad. En sus trabajos abundan las máscaras y la piel que se abre dejando ver el esqueleto. Figuras sombrías y vigilantes, desnudas y expuestas como en la representación del infierno de El Bosco.

Todo su arte orbita en torno al misterio de la vida. A veces la gente le pregunta qué significan concretamente sus imágenes macabras. Y él responde: «El misterio es mucho más interesante que las respuestas». Definitivamente, tiene razón.

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Y a vosotros, ¿qué os parece?
¿Alguna vez habéis utilizado el arte para escapar de una situación tormentosa?