Una de las técnicas surgidas en este marco es el masaje deportivo. Es un tipo de masaje general que recorre toda la musculatura y que no trata lesiones ya surgidas, sino que es preventivo y de mantenimiento. Tenemos tres modalidades de masaje deportivo, según en qué momento se dé respecto a la actividad física: precompetición, hora cero y postcompetición. Esta entrada se centrará en el primero.
Masaje a un atleta durante los entrenamientos.
El masaje deportivo de precompetición es un tratamiento manual que se anticipa a una actividad física intensa y prepara el tejido blando para acometerla sin lesiones. Es parecido a un calentamiento, pero trabaja más a fondo y concienzudamente.Hay técnicas de descarga y también tonificantes; los músculos se irrigan y nutren, los tendones se flexibilizan. Si hay pequeñas contracturas o agarrotamientos se disuelven; se despierta el metabolismo y se pone en alerta todo el sistema motor. Es lo más adecuado antes de un partido que se prevé muy activo, una jornada dura de ciclismo o montañismo, una carrera larga, un torneo de artes marciales o, por qué no, una jornada laboral agraria o en almacenes que vaya a ser especialmente agotadora. En resumen, para cualquier situación que vaya a suponer, incluso estando en buena forma y practicando ejercicio habitualmente, un notable pico de actividad.
Lo idóneo es recibir este masaje unas pocas horas antes de la actividad. Según necesidades y circunstancias puede hacerse también el día anterior o aun dos días antes, pero es preferible que no sea ni demasiado antes ni demasiado cercano al ejercicio. Si la actividad va a ser por la mañana, el final de la tarde anterior es el mejor momento; y si el deporte va a ser por la tarde, ese mismo día por la mañana.
Un futbolista.
La periostitis tibial es una de sus lesiones "favoritas".