Escrito por Redacción. Publicado en Gente y Mundo
Cada vez son más las personas que en la llamada tercera edad tienen una mascota que deben abandonar cuando van a vivir a una residencia, ¿qué pasa con ese animal de compañía? Se está empezando a contemplar el beneficio que supone tener animales en las residencias de tercera edad
ADD, (Asociación Defensora de los Derechos de Animales) señala que en España solo hay tres residencias que admitan mascotas de forma permanente, constatando que la valoración es positiva, pues las personas mayores interactúan y se mueven más con ellas que sin ellas. Otra alternativa es llevar mascotas a las residencias para que los mayores disfruten de su compañía, iniciativa que se está llevando a cabo por protectoras en localidades como Las Rozas en la Comunidad de Madrid.
Cada vez más residencias geriátricas apuestan por los beneficios de las terapias con animales de compañía, aunque el paso de que los ancianos ingresen ellas con sus mascotas, está lejos de generalizarse, parece que algo se mueve en ese sentido. Lo cierto es que están surgiendo iniciativas interesantes en torno a la posibilidad de tener animales de compañía en las residencias geriátricas. Ingresar en una residencia de mayores supone siempre un cambio de vida y para las personas que tienen mascotas supone además un desgarro emocional que afecta a unos más que a otros.
Los animales de compañía son para muchas personas mayores una ocupación, una excusa para salir a la calle, para preocuparse y cuidar de un ser vivo, en muchos casos, son mucho más que una mascota. La primera preocupación al ingresar en la residencia es ¿a cargo de quién se deja ese perro o gato que ha sido su preocupación y apoyo durante muchos años? Dejarlo con alguien de confianza que dé a la persona la seguridad de que estará bien cuidado. Luego surge la falta emocional, quedarse sin compañía y sin la responsabilidad que supone un animal priva a las personas mayores de una ocupación gratificante que psicológicamente puede ser fundamental y físicamente obliga a realizar tareas importantes como pasear. Las residencias geriátricas, en su inmensa mayoría, no admiten animales de compañía.
Razones organizativas, de higiene... explican de forma razonable lo que podría suponer que los usuarios llegaran con sus perros, gatos, canarios, loros... También pueden causar problemas de convivencia con otros usuarios, ruidos, personas alérgicas al pelo de animales... Sin embargo, seguramente es cuestión de organización y de valorar los beneficios para las personas frente a las complicaciones organizativas.
Otra de las alternativas sería que en las residencias o centros de día tengan un departamento para mascota que puedan llegar de personas que hayan fallecido y así estas mascotas podrán seguir dando su cariño incondicional a los residentes de estos centros gerontológicos, esta propuesta de acercar las mascotas a personas mayores se está empezando a poner en práctica en muchos centros residenciales de Europa y parece ser que con muy buenos resultados!
Fuente: Tercera Edad
Para Información sobre residencias en España que admitan mascotas:
http://www.addaong.org/es/
Fuente :
http://www.tunuevainformacion.com/gente-y-mundo/748-mascotas-en-las-residencias-una-terapia-que-aporta-felicidad-a-los-mayores.html
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