Botijo. Con un castizo y termodinámico botijo comparan algunos a la actual masonería española. Por la sencilla razón de que lo que le entra por la boca, a no mucho tardar le sale por el pitorro.
Dicen que el tiempo de permanencia en logia suele ser -entre la iniciación y el mutis-, con algo de suerte, de cuatro o, a lo sumo, cinco años.
Razones de un proceso tan fugaz puede haber varias. Pero no desestimemos la vía mayoritaria por la que los candidatos se acercan a solicitar la iniciación: internet (webs de logias, foros, redes sociales…), en detrimento de la cooptación, del trato personal con un masón conocido (el padrino).
Personalmente y sin desestimar ningún medio, soy partidario de un sistema mixto.
Para terminar, tampoco es malo el botijo: su maravillosa termodinámica hace que, por la evaporación, quede en su interior la frescura. No sé si siempre.
Archivado en: Francmasonería