¿Cómo? ¿Que todavía no he hablado nada del Máster de Periodismo de Vïajes que estoy estudiando?
Pues empezando por el principio, es un postgrado que ofrece la Universidad Autónoma de Barcelona y que descubrí de casualidad una tarde de buceo intenso por internet. Recuerdo que me emocioné leyendo el plan de estudios, y eché la solicitud “por si acaso“ aunque el plazo ya había vencido. Al poco me contestaron que no iban a tramitar mi solicitud así que yo me olvidé de aquello.
Hasta el 31 de enero, día en que recibí un email donde me explicaban que me habían admitido en sustitución de una baja. En un momento pasé de la alegría a la indignación; la inauguración era el 5 de febrero. ¡No me daban ni 24 horas para confirmar la plaza! Además, yo aquellos días me encontraba en Madrid… Resumiendo, tras dos horas intensas de muchas llamadas y un buen quebradero de cabeza decidí que me venía a Barcelona, con la misma maleta que tenía en Madrid, porque no me daba tiempo de bajar a casa.
Mi gripe y yo llegamos directamente desde la capital a casa de una chica uruguaya que contacté a través del Couchsurfing y que me alojó muy amablemente aquella primera semana. Y ahí empezó la aventura…
Descubrí que Daniel Landa y Miquel Silvestre, a los que ya conocía gracias a Fitur, iban a darnos varias charlas en distintas sesiones del máster. Me sorprendí de ver que en el comité de honor del consejo científico hay periodistas de la talla de Miguel de la Quadra-Salcedo o Rosa Mª Calaf. Me maravillé cuando conté 9 nacionalidades entre todos los alumnos y pude confirmar más tarde que entre todos hablamos más de 11 idiomas diferentes -en un grupo de 42 personas-.
Sin duda fue una decisión arriesgada. He sacrificado la familia, el amor e incluso el bolsillo pero desde luego ha sido de lo mejor que he hecho desde hace tiempo. De cada clase salgo con un torrente de ideas en la cabeza y una gran sonrisa en mi cara. Estoy aprendiendo y aprenderé sobre técnicas audiovisuales, narrativa de viajes, ciberperiodismo y otras tantas cosas…
Hace unos días, alguien ajeno a este curso me preguntó: ¿Tú por qué estudias todo lo que no tiene (buenas) salidas profesionales?” Y digo yo, ¿por qué no? ¿Por qué no intentarlo? Podría quedar de guay si dijera que lo mejor es hacer lo que realmente te gusta y no lo que te imponen. Pero creo firmemente que el argumento es otro. Basta ya de hacer las cosas según las previsiones a largo plazo, lo que hoy es importante y tiene tirón mañana estará caducado. Lo estamos viendo en el mercado laboral y es más de lo mismo, las profesiones que antes eran una apuesta segura hoy están cayendo en el olvido, teniendo esa gente que recurrir a la emigración o al manido reciclaje | cambio de profesión. Tenemos los camareros más inteligentes de la historia de España, muchos son licenciados y no en hostelería precisamente. Pero no hablo solo de los españoles, hace poco me hablaban de un astrónomo pakistaní que aquí se dedica a cocinar kebabs. Que no, no podemos preveer las mejores profesiones del futuro, porque todavía no se han inventado. ¿Que en qué puedo trabajar? En un año hablamos.
P.D. Mientras…busco trabajo en Barcelona. De camarera, por supuesto
¿Prohibido?