Decido subir día viernes pensando Chile juega el día sábado la final de la Copa América, pienso si gana o pierde igual van a ver problemas en las calles, gente festejando de mala manera, gritando, llorando, riendo, o sintiendo la felicidad de ser dueños de una copa por primera vez, entonces el día sábado prefiero quedarme en casa sabiendo que los perros del camino estarán tranquilos con la guatita llena para capear mas fácil el frío, frío que se hace sentir al doble por las crudas noches invernales y eso que aún no llueve como antes. La tarde está helada, fresca. Aunque a mi me fascina el frío, trato de apurarme para terminar pronto. Me espera una larga tarea.
Al comienzo me extraña no ver perros, solo una cantidad increíble de pan duro y un tanto de pellet botado en el suelo. Deduzco que los perros ya comieron. Dejo agua y continúo.
Llegando al sector de la cantera, donde obligatoriamente personas inhumanas hace tres años decidieron botar una familia entera de perros, todos parecidos similares mestizos de pastor alemán, tamaños diferentes, entre ellas la abuela, la hija, la nieta, tios, tias, hermanos y primos, todos como dieciocho perros en total. Por si lo recuerdan es el lugar donde nació Mila y varios mas que se quedaron en el camino, crecieron e hicieron de esos cerros su hogar, pero Mila tuvo la bendición de salir como salió de esa miseria, de manera agónica en mis brazos a morir en mi casa, pero un milagro la hizo luchar por su vida. Mila, era hija de una de las hijas de la abuela.
Conocía a cada uno de los perros que pertenecían a esta jauría, empezando por la Gueli, una perra viejita, madre de la "María", sin discriminar a nadie, nombre común para una perra quiltra sufrida y sacrificada que llegó al camino con gran parte de su cuerpo sin pelo y su piel llena de costras grandes, les hice tratamiento como pude ya que era imposible siquiera acercarse a ellos, por el temor lógico que produce el abandono, todos ellos inseguros, temerosos y desconfiados, ni siquiera para recibir algo rico que les llevaba intentando ganarme su confianza. Con el paso del tiempo, su pelaje iba tomando brillo, pero ciertas partes de su cuerpo seguían estando sin pelo, lo que me llevaba a pensar que esa pobre perra había sido quemada con agua hirviendo. Imagino la situación, me da pánico. Su cara triste pocas veces me dió una sonrisa, pero esas pocas veces me las disfruté todas.
Cuando la botaron junto a su familia, María llegó con una cachorrita de aproximadamente cinco meses, a quién llamé la "Negrita" a lo que ella entendía por su nombre, siempre andaba apegada a María. Al paso de los meses, poco a poco y de bastante sacrificio me fui ganando su confianza, logré que ellos me domesticaran, así es, dejaron de ser gruñones para esperarme con los brazos abiertos cuando me veían llegar, conocían muy bien el ruido del motor, era la Negrita una de las primeras que al sentir el motor de mi auto, corría a encontrarme, como diciendo llegaste, era una perra muy especial, pocas veces la escuché ladrar, ella conversaba con sus miradas con el brillo ópaco de aquellos ojos negros, llegaste, que me trajiste, pero al momento de intentar tocarla para hacerle una caricia se escabullía para observarme de lejos.
Tenía una manera de oler las cosas ricas que le llevaba para su gusto servirselas al instante, pero siempre precavida, a la defensiva, que no me acercara mucho así no lograría mis intenciones. Le encantaban los huesitos galletas con pasta húmeda, y para que decir de las salchichas cocidas. Justamente ese día viernes les llevaba salchichas recién cocidas, aún tibias, gracias a las ofertas que pusieron los supermercados en beneficio de los chilenos para sus asados parrilleros, pude comprar un paquete de salchichas sureñas, mas un peso, me daban otro mas. Genial, que regalo mas rico podrían degustar los perros del camino, especialmente ella que era quién revisaba mi auto buscando lo que le gustaba.
Llegando al lugar, me extrañó que ese viernes no saliera nadie a encontrarme, el sector estaba en silencio, y a ir a dejarles agua y comida al cerro llamándolos, solo algunos me contestaban con ladridos extraños ocultos en los cerros. En ese momento imaginé que ya habrían comido el pan duro existente que había, raro no, por que a ellos les gusta el pan que posiblemente les llena mas rapido que el pellet . Con el frío que hacía, preferí no insistir. Seguí subiendo, ya van quedando muy pocos perros comparados aquellos años cuando llegamos. Miro hacia atrás en años, son miles los perros que hemos podido rescatar, recuperar y darles una nueva oportunidad a través de nuestras páginas, saberlos que hayan muerto de viejitos en los hogares donde los adoptaron, es mi luchar constante por querer sacarlos a los mas que podamos del abandono.
Llego al sector de los fundos, en esta época del año es como normal ver muchas vacas pastando en el lugar, son las que traen de afuera de Santiago especialmente alimentarse. Sabiendo que hay vacas evito dejar alimento, evitando que las vacas lo coman, y las veces que dejo agua son las mismas vacas que intentan tomarsela y la dan vuelta, lo que se deduce, alimento y tiempo perdido. Ese día encuentro a la vaquita blanca metida en un hoyo, la verdad que me dan pena las vacas, tienen la mirada tan noble se me da. Tomo mi celular y llamo al dueño de las vacas de ese sector, quién me agradece y me avisa que ya van para el lugar a sacarla.
Sigo subiendo, llegando al sector del basural, Cholito, el negro de pelaje peludo y la Emi, salen a encontrarme. Dejo alimento y agua, continúo. Ellos siempre quieren mas de mis manos, empiezan a correr para el próximo lugar, a lo que me detengo, les digo que se devuelvan, y lo hacen.
En el lugar donde está la cholita donde un día puse un cartel "no le saquen las cositas al Cholo", pensando que cuando pasaran la máquina para limpiar la basura, las dejaran ahí, y así entendieron, solo es Blanquito quién corre a mi encuentro, los dos perros negros del lugar ya son casi dos semana que no los veo, me asusta, pienso en aquella conversación donde fueron acusados ante mí de matar vacas en los cerros y que si los volvían a pillar, los eliminarían. Trato de ser positiva, ya bajaran, me digo. Han existido veces que no se han visto y luego reaparecen.
Día viernes, jornada terminada, vuelta a casa. Son varios los perros que no vi este día.
Día sábado, toda la atención está puesta en la Copa América, que Chile gane. Chile fue campeón de América. Ojala un día seamos campeones del buen trato que le damos a los animales.
Día domingo, desde años que trato de no ir para evitar que los perros salgan al camino si me ven, evito que sean atropellados por el exceso de velocidad que pasan los autos que van de paseo a la cordillera, sin siquiera intentar detenerse cuando uno de ellos cruza la calzada.
Día lunes, con la incertidumbre de saber como habrán estado los perros después del fin de semana de celebraciones, vuelvo a subir.
Hecho de menos algunos perros del comienzo del camino, quiero pensar que no salieron, sigo subiendo, otra vez me extraña que no salgan, solo veo a Jorgito que se asoma como diciendo que algo pasa, su inseguridad empieza a cruzar mi límite. El aire helado trae bocanadas con olor a perros muertos. No, me digo, no otra vez. Dejo lleno de alimento confiando que no se lo roben, creyendo que están en los cerros, y al bajar mi vista sin querer busca como queriendo encontrar algo, y lo encuentro. La sangre me hierve, los garabatos ofensivos llenos de rabia e impotencia salen por mi boca en silencio. Me acerco a ese cuerpo inerte que yace boca abajo debajo de unas ramas.
La toco, doy vuelta para ver su carita, ya me extrañaba que no saliera a encontrarme. La Negrita es la primera que encuentro, algo me dice que hay mas, comienzo a buscar, a recorrer cerros buscando, subo, bajo...otro mas, ahí está la María, su madre, también boca abajo, muertas madre e hija.
Para mi no es novedad que los maten como los matan, ¿cuantas veces he encontrado los cuerpos de los perros llenos de postones?. Hace unos años habitaba un cuidador en el sector que se vengaba en los perros de la calamidad de vida que tenía. Era un tipo cruel, se paseaba con su escopeta sintiéndose macho cabrío. Hoy ha vuelto al lugar y ya ha postoneado a perros que tienen dueños.
Nada me asombra como los matan. Imposible olvidar aquella escena de una perra blanca muerta con un palo incrustado en su ano sangrando, las veces que he encontrado perros con la zoga al cuello, ahorcados, o las tantas en que los he encontrado acuchillados y para que decir los envenenados, como todos los que fueron envenenados esta semana.
Sigo recorriendo el lugar, ni por mas que grite los nombres de los perros que no veo, ellos salen. Hecho de menos a la Agueli, Niño que son con los cuales había creado lazos. De pronto otro mas, otro y otro mas...malditos desgraciados. Llegará el día que la vida se encargue de cobrarselas una por una. Quiero confiar que así será. Será.
Sigo recorriendo el camino, no quiero imaginar que hay mas perros que ya no existen.
Esto me produce sentimientos encontrados, por un lado me lástima por la angustia de saber que sufrieron, y por el otro, me libera de que ya no sufrirán mas. La muerte es la libertad para ser libres de sufrimiento.
Nada.
Que mas les puedo decir.
Ya no quedan palabras para descifrar mi impotencia, ya pasará.
Al día siguiente, chuzo, pala y sacos, es normal que piense en ellos.
Llamo a Julio, un amigo, quién ha estado a mi lado últimamente, le pido si me puede acompañar a enterrar a los pequeños encontrados, sin pensarlo dos veces, me da su respuesta afirmativa. En el camino lo llevo a donde están los cuerpos, le digo como hacerlo, tiene que ser lento para evitar que se abran, no sabemos en que condiciones están, poco a poco con mucho respeto, los sacamos debajo de los árboles. Imposible dejarlos sin sepultura, sería lo último que hiciera. Sonrío cuando digo que tenemos el record guines haber enterrados a decenas de perros que he encontrado asesinados, atropellados. Mi conciencia transparente. Crear lazos es cumplir hasta el fin.
Primero tomamos en andas como camilla a la Negrita, está pesada, hinchada, parte de su sangre le sale por la naríz y hocico. Hay que tener mucha garra y amor por ellos para hacer lo que nosotros hicimos. No cualquiera lo hace. Es mas fácil botarlos que enterrarlos. Luego a la María, estaba aún mas hinchada, su sangre corría por su cuerpo, con cuidado la pusimos dentro de uno de los sacos.
Madre e hija, las enterramos juntas. Por fin dormiran tranquilas sin sufrir, juntas para siempre.
No las veré mas, pero su recuerdo quedará aquí siendo un mudo testigo de la miseria humana que se ha convertido la gente hoy donde la maldad se pasea por todos los caminos, y no hay nadie que sepa ponerle atajo.
¿Cuando llegará el día que el humano se humanice?
Habíamos enterrado recien a estas pequeñas cuando Julio se le ocurre mirar hacia un lugar, está el Blanquillo, mirándonos en silencio, y dice...fue el único que asistió al sepelio. Es entonces cuando mi pensamiento se vuelve aquella vez en que enterramos al Bengi, cuando Canito nos observaba de lejos. Imposible olvidar aquellos momentos tan ingratos, pero que hacen que bien vale la pena seguir en esta lucha. Me emociona ver que el, está ahi como otro testigo mas de tanta crueldad, si tan solo pudiera poder contarnos ¿quien es el desgraciado que los va a matar?...imposible. Mis ojos vuelven a humedecer, ya debería estar acostumbrada a la muerte en los caminos, pero aún hay lágrimas culiás que se asoman, significa que aun no soy de hierro, pero quisiera serlo.
Fuimos uno a uno enterrando sus cuerpos en la tierra, dejando caer cada palada con fuerzas, desahogando nuestra impotencia en cada granito, en cada piedra.
Como decía Platón, la mejor tumba es la más sencilla. Quiero creer que junto a Julio, les dimos la mejor.
Fue otro día difícil, pero gracias a Dios, muy gratificante. Es maravilloso agradecer por el día ido, que te lo viviste a concho, cuando te puedes acostar feliz sin deberle a nadie, con tu conciencia tranquila como siempre.
Bendito día, gracias a Dios.
Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales, eso dicen.
A través de cada perro, he descubierto mundos que nadie sabe como llegar. Cada uno de esos mundos han sido parte de mi vida. Hoy hay menos perros abandonados en el camino, de seguro estarán corriendo libres y felices por praderas verdes perfumadas. Pensar positivo me lleva al éxtasis. Es la vida.
Mis agradecimientos a Julio, por que al momento de decirle lo que me pasaba, no lo pensó dos veces para ir ayudarme a enterrarlos, esas pequeñas cosas que alguien puede hacer por otro sin pedir nada a cambio, siempre están en mis agradecimientos.
Esto no tiene nada que ver con política, los invito a escribirles al Alcalde de Pirque quien desde sus comienzos ha demostrado estar a favor de nuestra labor, para que le hagan llegar todo nuestro repudio a esos desalmados dementes que se pasean por su comuna matando a los perros del camino. Ya lo hice, solicitándole que habra una investigación referente al tema. Falta que me responda.
Hoy internet es mi desahogo.
Muchos pensaran en ¿Colocar denuncias?...he puesto tantas que ni se imaginan. Todas terminan cerradas por no existir pruebas. Si nuestra justicia no responde ante los humanos, ¿irán a responder por unos perros que ni siquiera tienen dueños?
En Pirque matan a los perros del camino. Eso está mas que demostrado, pero la justicia es sorda, ciega y muda.
Comparte, que todos se enteren que en Pirque matan a los perros, y si nos quieres ayudar basta que nos digas que quieres ADOPTAR un perro del camino, sacarlos de ese maldito lugar sigue siendo lo mas importante poder seguir dándoles la oportunidad de vivir en un hogar digno y respetable. Nuestra prioridad es buscarles un dueño responsable que los acepte como son.
No podremos sacarlos a todos, pero seguiremos intentándolo hasta que ya no pueda mas.
¿Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas?
¿Cuándo será el día que dejen de abandonar mascotas?
¿Cuándo será el día que el humano sea RESPONSABLE DE POR VIDA DE SUS MASCOTAS?
NO MAS MATANZAS DE PERROS
NO MAS ABANDONO DE PERROS